Son 3 mil 832 niños residentes estadounidenses quienes se encuentran inscritos en este nuevo ciclo escolar en alguna escuela de Baja California; a la fuerza y no por voluntad los procesos de deportación los obligaron a regresar, son los hijos de padres mexicanos repatriados que nacieron en Estados Unidos.

Ángel apenas tiene siete años de edad, nació en California. Su español es limitado, a pesar de ser hijo de padres mexicanos en casa y en la escuela solo se hablaba ingles. Hace un par de meses, el pequeño niño de cabello dorado tuvo que mudarse a Tijuana, sus padres vivían de manera ilegal en San Diego.

Hace dos semanas ingresó a una nueva escuela situada al este de la ciudad, la "Forjadores de la Nación" turno vespertino. Grupo primero C, de una primaria localizada en Cañadas del Refugio una zona pobre y apartada repleta de casas de interés social.

Ángel sabe que su nueva primaria dista mucho de aquella "elementary school" a la que asistía. Con el ceño fruncido y la cara abajo dice que antes pasaba el "camioncito", jugaba en el pasto verde, y lo mejor todos hablaban inglés.

"Me dijeron que aquí todos hablan español, que tengo que hablar en español pero yo no entiendo bien", dice tímidamente al tiempo que muestra una hoja con los números del 1 al 10 "es que yo iba a una escuela al otro lado".

El pequeño residente estadounidense ahora asiste a una escuela de paredes descoloridas, bloques que simulan paredes y techos de lámina situada en la cima de un cerro; eso sí, sus maestros hacen todo lo posible por incorporar a los niños nacidos en Estados Unidos a su nueva vida en México.

Suena el timbre y es la hora del recreo, Ángel sale apresurado a una de las bancas del comedor escolar, comerá las fresas que le colocaron en un recipiente, pero se emociona con el sonar de las campanas de un paletero.

Extiende contento su billete de un dólar, pero el paletero le explica que su nieve valdrá cinco pesos. El niño se rasca la cabeza y voltea a los lados tratando de obtener una explicación. Me mira, y pregunta: ¿Me alcanza con un dólar? Ángel aún no entiende nada de México.

Victimas de burlas

Los niños nacidos en Estados Unidos hijos de padres mexicanos deportados son identificados por varios factores: no hablan español, desconocen la historia y la cultura de México, y siempre viven anhelando regresar a su país de nacimiento.

La maestra Yara Amparo López, Coordinadora Estatal del Programa de Educación Migrante reveló que son víctimas de burlas constantes y problemas de interacción social por que su formación académica inició en Estados Unidos.

"No puedes medir el impacto que ellos vivieron al estar en Estados Unidos, si nosotros nos fuéramos a China nos sentiríamos igual, porque el sistema educativo allá es tan diverso en cada escuela".

Explica que próximamente comenzarán a trabajar con la Universidad Autónoma de Baja California específicamente con el área de psicología para entender el perfil de los niños hijos de migrantes.

En Tijuana se encuentran inscritos para este semestre escolar 2 mil 014; 936 en Mexicali, 478 ensenada, 245 Rosarito y 159 en Tecate en total suman 3 mil 832 niños, quienes están obligados a estudiar en una escuela mexicana.

Laura.Sanchez@sandiegored.com