Las redadas policiales y el inicio de la limpia del Río Tijuana han provocado que migrantes e indigentes busquen un lugar donde pernoctar. Sus opciones se han visto reducidas a un campamento de migrantes deportados o debajo de los carros de las calles de la zona centro, según relatan.

Decenas de tiendas de campaña color naranja anuncian desde lejos la presencia del "Campamento de migrantes deportados", que se localiza a un costado de la avenida internacional dentro de la plaza Benito Juárez.

Sergio Tamai Quintero, coordinador de la organización "Ángeles Sin Fronteras", explica que la idea de instalar un campamento para deportados surgió luego de los desalojos que llevaron a cabo las policías y el Ejército en el Río Tijuana; donde viven cientos de repatriados que se han quedado varados en la ciudad norteña.

Según estimaciones de la organización, desde que se instaló el campamento han llegado más de 300 personas a solicitar un espacio en las tiendas de campaña para dormir. Y es que luego de las redadas algunos han optado por pernoctar debajo de los carros.

Jaime un hombre de ojos azules y pelo blanco vivía en un casa improvisada dentro del Bordo desde hace dos años. Lo deportaron de los Ángeles luego de vivir prácticamente toda su vida, 63 años en ese país.

Se mudó a vivir al campamento de migrantes deportados luego de las redadas policiales del 7 de agosto: "era una lucha que no podíamos con ellos, pero si ellos nos hubieran dado una oportunidad no hubiéramos estado ahí".

Dice que ahora están luchando para que los respeten, porque no todos son drogadictos ni borrachos, "nos sacaron del Bordo y dijeron que nos iban a llevar a refugios pero no paso. Pero aquí la diferencia es mucha, allá se sufrirá no había comida ni nada".

Recuerda que las primeras noches se metía debajo de los carros que estaban estacionados afuera de la estación de bomberos de la zona centro "tenía que esconderme porque si me veía la policía me llevaba a la veinte". Coloco un cartón debajo de un carro en busca de un lugar seguro y ahí se echo a dormir.

Jaime asegura que algunos migrantes que no alcanzan un espacio en las tiendas de campaña siguen durmiendo debajo de los carros de la zona centro; solo fueron desalojados por elementos municipales y en otros tramos por la CONAGUA desde que se anunció la limpia del río, pero nadie ha ofrecido un lugar donde pernoctar.

Roberto Márquez es otro migrante deportado, tenía apenas un par de meses en Tijuana y al igual que otros repatriados se acomodó dentro de la canalización del río Tijuana. En un desalojo fue detenido y llevado a la penitenciaria municipal.

"Cuando regrese para atrás ya no había nada las maquinas que limpian habían enterrado todas mis cosas, mis recuerdos mis papeles no me dejaron tomar nada", lamenta el hombre que vivió 35 años en Estados Unidos.

Fue ese día cuando se enteró del campamento migrante, vio a lo lejos decenas de casas de campaña anaranjadas y un letrero que anunciaba "campamentos de migrantes deportados". Se acercó y se alegro que alguien estuviera regalando comida y un lugar donde dormir.

"Aquí es lo mejor, por fin duermo tranquilo porque ¿apoco crees que a mí me gustaba vivir en el Bordo?, ¡pues no! Yo lo único que quería era un lugar real donde dormir, descansar después de intentar hacer chambitas todo el día".

Otros migrantes desalojados se mudaron a playas de Tijuana. Según explican en uno de los albergues que se localiza a la orilla del malecón, los primeros días llegaron algunos deportados sin embargo ya se regresaron al Bordo, al campamento de migrantes deportados.

Sergio Tamai, también fundador del Hotel Migrante en Mexicali explicó que los fondos para mantener el campamento en Tijuana son producto de los boteos que se llevan a cabo en la capital del estado.

Sin embargo la idea es que los tres niveles de gobierno volteen a ver a todos los migrantes deportados que llegan al campamento, y así proporcionen alternativas de vivienda o destinen fondos para instalar un nuevo hotel migrante, pero ahora en Tijuana.

Laura.Sanchez@sandiegored.com