Afortunadamente la semana pasada sólo nos engañaron y es que el Gobernador no se convirtió en un santurrón después de todo, aún sigue siendo el personaje maquiavélico que la serie nos mostró desde un principio, aunque sus motivaciones sean diferentes. Los escritores de la serie han mezclado la historia del cómic con la versión de la serie y nos traen algo completamente nuevo y a la vez familiar. El final del capítulo nos dejó con el Jesús en la boca, claro que hubiera sido mejor que no nos mostraran el avance del próximo episodio.

Lo que si queda claro es que como mencioné en la reseña anterior, la transformación o más bien el viaje a la redención del personaje se siente un poco apresurado, sin embargo, no todas las historias de redención deben tener éxito, aún así es algo que creo puede tener resultados interesantes.

Hay elementos de"Dead Weight" y "Live Bait" que fueron efectivos, pero jamás fueron todo lo que podían ser. En general todo se ha sentido apresurado, ejemplo claro la relación entre Tara y Phillip/Brian, que pasó de coqueteo a compromiso de la noche a la mañana, los saltos de tiempo, la transformación del Gobernador de lunático a padrastro a líder sin moral, todo esto se sintió demasiado apresurado.

Sin embargo, lo importante es que regresamos a la confrontación que teníamos pendiente desde la temporada pasada entre el Gobernador y el grupo de Rick en la prisión. Y a pesar de todo eso, se sigue sintiendo como uno de los mejores arcos dramáticos para un personaje dentro de ésta serie. Con el final de media temporada para el próximo domingo nos espera mucha acción (ya era hora) y una sorpresa vía un tanque.

¿Ustedes qué opinaron de éste episodio? ¿Qué tal los zombies del pantano o el zombie en el fondo del lago?
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