Música

Exquisito y maduro: Miguel Bos

El cantante español deleitó a Tijuana, mostró su lado A y B, entregó y se dejó querer

TIJUANA.-Hay modas, modos y modales, pero que 38 años después siga sonando auténtico, sea original y mantenga a millones en la palma de su mano, eso es sólo de pocos como Miguel Bosé.

La noche del 16 de mayo para Tijuana será irrepetible, tanto como la misma que dejó en el 2008 en la esquina de Latinoamérica, plantando de nuevo su creatividad desaforada en la Plaza Monumental de Playas, recinto taurino que le vino bien como buen hijo de torero que es.

Miguel es tan dual como un caballero que sabe cortejar, tan fino como las Doñas de sangre azul, es un ser ecléctico con esas hormonas que alborotan a hombres y mujeres por igual.

Siempre seductor, hizo, literal, el amor a las más de 10 mil almas que se concentraron para recibir las caricias de "Te amaré" y la seducción de "Bambú".

Estaba ahí, puntual a su cita, dispuesto a dejar dejarse querer, a entregar un cúmulo de canciones que desempolvó del ayer y envolvió en un escenario tan simple como su seguridad, lleno de buen gusto, minimalista y una inmensa pantalla de lado al lado.

Emprendió su ruta con el tema "Duende", explosión de fuerza y vitalidad para verle junto a sus cuatro músicos y tres coristas que con coreografías prácticamente caminadas, lucieron tan grandes como el propio "Amante bandido".

"Tijuana abre los brazos, abre las manos, abre las piernas, abre lo que quieras, porque vamos a festejar", dijo el español Bosé a los fans en el gran templo como llamó a la plaza.

Soltó de inmediato "Nena" mostrando su agilidad para la pasarela, recorrió de lado a lado, luciendo su melena, cual "sofisticada diva" de "ese aquí, ese allá".

Era pues el monstruo intergeneracional que se empotró en el ruedo de la plaza, para deleitar con "Te diré", "Morir de amor", y "Linda" en una media luna, como en la sala de la casa.

Sin moral, difícil de saciar, porque le gusta y todo lo da, jugueteó con "Don Diablo", tema que le costó un tanto sobrellevar por el aire que requiere, pero que con guiños supo acariciar el aplauso.

No fue excéntrico en el color al vestir, pero sí en su atuendo, pues utilizó un blusón que le llegó a las rodillas, tapando esa enorme barriga además de dos collares con piedras en diferentes texturas.

Maquilló sus ojos, y se dejó ver con una barba que cubría parte de su rostro, el mismo que mostró sonrisas seductoras, tanto como sus bailes excéntricos con toques teatrales acompañados de ademanes cleopátricos y sutiles caricias a sus partes.

"Guliver", "Linda", "Creo en ti", "Morir de amor", "Sevilla", "Morena mía", "Partisiano", "Amiga", "Creo en ti" y "Como un lobo" también se sumaron a este éxtasis musical.

El intérprete no dejó de lado la solidaridad hacia los sucesos del mundo, habló de ese mal juguete para muchos, la guerra, entonces dio paso a "Partisiano"

Este revolucionario del pop intentó irse cuatro veces del escenario, mismas que regresó para complacer y saciar aún más los corazones de los tijuanenses.

Miguel Bosé demostró que 58 años de vida son tan vivos aún como el cuarto piso que está por cumplir en su trayectoria artística, con la plenitud de un hombre tan cabal con una insinuación exquisita que conquista a cualquiera.

*Disfruta aquí de la galería de imágenes del evento

andrea.garcia@sandiegored.com

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