AMÉRICA LATINA.- Nosotros que formamos parte del continente cultural llamado América Latina (o Latinoamérica) sabemos que realmente no se trata de una región unidimensional con solo ligeras variaciones en cuanto a los acentos de español (y un aérea enorme de portugués en medio) en donde todos son diferentes tonos de café.
Es una región (si bien con varias características que unen a varios países) diversa en aspectos que van desde su cocina hasta sus relaciones internacionales, y el actual conflicto entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza es un ejemplo de esta diversidad.
El conflicto entre Israel y Hamás parece ser que ha llevado a una clara unidad entre los países de América Latina enfocada en condenar a Israel por su intervención en Gaza, sin realmente culpar a Hamás.
Artículo tras artículo en los últimos días hablan sobre el surgimiento de un bloque unificado en contra de Israel, o por lo menos dispuesto a condenar fuertemente sus acciones en contra de Gaza. Pero igual que en todo lo demás, esta unidad no es tan pronunciada como muchos los describen.

Sí es cierto que no es común la respuesta de Brasil, Perú, Chile y otros países normalmente "moderados" en cuanto a sus relaciones contra Israel. Pero funcionarios de las Naciones Unidas (incluyendo el Secretario General), de Estados Unidos y otros "aliados" tradicionales de Israel han empleado ya lenguaje mucho más crítico contra la campaña militar israelita en Gaza, que realmente no es tan diferente a las reacciones de otros países en América Latina.
"Un ultraje moral y un acto criminal" fue lo que dijo Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, en contra de los ataques de Israel a las escuelas con refugiados, así que el hecho de que Dilma Rousseff, la presidenta de Brasil, haya dicho que los ataques son "masacres" no representa una desviación tan radical de la respuesta promedio de la comunidad internacional al conflicto (Rousseff dijo esto antes de los ataques a las escuelas, eso sí).
Tampoco sorprende la respuesta de países como Venezuela, Bolivia o Nicaragua, que desde ya hace unos años rompieron relaciones diplomáticas con Israel, a partir de previos ataques hacia Gaza y Líbano.
La mayor sorpresa no es tanto la "unidad" de América Latina en contra de Israel, sino el hecho de que a Israel le importa tanto. Después de que Brasil hiciera tales declaraciones y pidiera una "llamada a consulta" de su embajador israelita, desató la furia verbal de Israel, quienes criticaron a Brasil como un "gigante económico y cultura, pero enano diplomático." Quizás esta preocupación se debe a la coordinación entre estos países y Brasil para efectuar acciones diplomáticas (como llamar a consulta a sus embajadores israelitas a casi al mismo tiempo) también es inusual.
Bolivia históricamente le había permitido a ciudadanos israelitas entrar al país sin visa, pero el presidente Evo Morales eliminó ese permiso especial y al mismo tiempo colocó al país en una lista de "estados terroristas." Bolivia fue uno de los países que ayudó a refugiados judíos durante el régimen Nazi de la Segunda Guerra Mundial, así la eliminación de esa relación especial sí representa el fin de una era para muchos judíos latinoamericanos.
Los que culpan a ambos
Argentina tiene una relación complicada con Israel. Por un lado, su presidenta comparte la ideología izquierdista y "antiimperialista" de otros países latinos, pero también es el hogar de la comunidad judía más grande de América Latina. Su respuesta ha sido el de condenar ambos lados en el conflicto, solo con un leve énfasis en Israel.
México realmente se mete poco en cualquier conflicto mundial, nunca desviándose mucho de la posición estadounidense o de sus "hermanos" latinos, y este conflicto no es diferente. La Secretaría de Relaciones Exteriores ha publicado dos condenas a la violencia en general, culpando a los cohetes de Hamás y ataques de Israel por igual. Y ya.
Colombia solamente ha criticado a ambos lados, sin enfocarse mucho en la culpabilidad, llamando a un cese a la violencia. Igual que México y Perú, Colombia tiene una relación mucho más estrecha con Estados Unidos, el principal aliado de Israel (y ni tanto como antes).
Perú ha criticado a Israel y a Hamás casi por igual en todos sus comunicados sobre el conflicto, aunque llamó a consulta también a su embajador.
¿Por qué a los latinoamericanos les apasiona tanto?
Mucha de esta unidad realmente se ve reflejada entre los países y comunidades que históricamente ya se han unido en otros temas, sobre todo contra el imperialismo y la intervención estadounidense en América Latina, con un poco de indignación más generalizada contra Israel que también se ve en el resto del mundo.
La Agance France-Presse (AFP) citó a Reginaldo Nasser, un académico del departamento de Política de la Universidad Pontificia de Sao Paulo, en Brasil, coincide con que "un país que hoy dé una declaración contra Israel no será considerado como fuera de las normas internacionales", señala, pero aún así ve más unidad diplomática que antes.
Nasser agrega que el sufrimiento del pueblo palestino también atrae a los latinoamericanos debido a "un asunto histórico, de relaciones asimétricas con el poder" y a "la faceta antiestadounidense... la relación de Israel con Estados Unidos es rechazada en la región y eso conduce a cierta identificación".
Ismene Ithai Bras, de la facultad de ciencias políticas y sociales de la Universidad Autónoma de México (UNAM), comenta que "se trata de una identificación con el dolor, de un sentimiento de solidaridad con lo que pasa en América Latina", donde el sentimiento de opresión es muy generalizado.
Los latinoamericanos piensan que "alguien nos está pisoteando y nadie interviene", resume la experta, que percibe en la región "una postura contra el imperialismo" simbolizada por el conflicto israelo-palestino.
Con información del "The Wall Street Jorunal", "Agance France-Presse" vía "Newsweek en Español" y "La Opinión."
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