¿Alguna vez has llegado de hacer ejercicio y se te antoja una cerveza bien fría pero sientes que no debes tomarla? Olvídate de la culpa porque parece que incluso es mejor que las bebidas de proteínas.
Charlie Bamforth, profesor de las ciencias cerveceras en la Universidad de California, dice que cuando se consumen moderadamente, las cervezas contienen nutrientes de los cuales podemos encontrar selenio (antioxidantes), vitamina B, fósforo (que ayuda para fortalecer los huesos) y ayuda con el colesterol. La cerveza viene con una gran cantidad de proteínas, un poco de fibra y silicio, que algunas fuentes dicen que puede ayudar a prevenir la osteoporosis.

Por si eso no fuera poco, otros estudios aseguran que reduce el estrés y ayuda con el mantenimiento muscular. Bamforth declaró que tanto la cerveza como el vino contienen antioxidantes, los que aparecen en la cerveza son más posibles de ser absorbidos por el cuerpo.
Si te preguntas sobre la posibilidad de que la cerveza regenere as calorías que quemaste durante el ejercicio, despreocúpate. La cerveza funciona en este caso como una pequeña comida, muy parecido a lo que hacen las bebidas de proteínas. Mientras menos alcohol tenga la cerveza, menos son las calorías que ésta tendrá.
La clave consiste en la moderación, como en todo. La próxima vez que tengas ese deseo de tomar una cerveza bien fría después de hacer ejercicio, quítate de toda culpa y disfrútala.
Vía Vinepair
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