Unas sobrinas buenísimas

Están como quieren

- Compadre, le llamo para que venga a la casa a echarse unas sobrinas que están bien buenas.

- Órale compadrito, requeté aceptada la invitación, ya sabía que algún día me hablaría para eso.

- Sí compadre, véngase mañana en la tardecita y aquí armamos el reventón aprovechando que la comadre está fuera de la ciudad. No me vaya a fallar, las sobrinas están buenísimas.

- A ver compadrito, cuénteme sobre las sobrinas que nos vamos a echar.

- Pues nada más son dos pero el chicharrón de una de ellas está impresionante y la lengua de la otra, rica, calientita, una delicia.

- No se diga más, ahí le caigo mañana para comernos esas sobras que le quedaron de la fiesta del fin de semana. El chicharrón en salsa verde está muy bueno y la lengua encebollada le quedó deliciosa a mi comadre. A esas sobrinas, como usted le dice a las sobras de la comida, sí le entro.

Este juego de palabras se me ocurrió para evidenciar que no todo lo que oímos, vemos o leemos tiene un sentido único y definitivo.

Al principio de la conversación entre los compadres, es posible que los pelos se te hayan parado de punta.

Conforme fue avanzando el dialogo te diste cuenta que sobrinas es el término que cierta gente utiliza para calificar las sobras de comida que quedaron de una reunión, fiesta, o tertulia anterior.

Quise utilizar el ejemplo de las sobrinas para tocar el tema de las frases hechas en el futbol.

A veces estas frases hechas no tienen sentido para aquellas personas que las escuchan por primera vez.

Una noche de la semana pasada estaba viendo un partido de futbol con mi hija de 12 años.

En una instancia del juego el cronista dijo: "El jugador peinó la pelota y el portero no pudo hacer nada por detener su viaje."

Sonora carcajada de mi hija después de la frase del comentarista.

"Jajajaja, peinó la pelota… ¿con cepillo o peine?"

Su observación también me hizo reír mucho a pesar de que tengo años escuchando la frase: "el jugador peinó la pelota".

Para mi hija era algo nuevo escuchar esa frase y lo tomó de modo literal.

Fue entonces que le tuve que explicar que peinar la pelota es un término que se usa cuando un jugador de futbol roza con la cabeza un balón para desviar la trayectoria del mismo.

Mi hija entendió la explicación pero no se le hizo nada graciosa en comparación a la frase que acababa de descubrir escuchando al cronista deportivo.

El futbol tiene varios términos que podrían sonar irrisorios para aquellos que los escuchan por primera vez.

"Se tiró una chilena": los de mente cochambrosa pensarán una cosa al escuchar esta frase pero tirase una chilena es cuando un futbolista se avienta al aire y de espaldas a la portería conecta el balón con una de sus piernas para tratar de anotar un gol espectacular.

"Intentó una tijera": nada que ver con el instrumento que usamos para cortar papel. En este caso se trata de un jugador que al contorsionarse en el aire queda con la cintura quebrada para rematar un balón con la pierna.

Hay otros términos que no necesariamente son futboleros pero que algunos comentaristas han acuñando en el léxico que utilizan para narrar un partido.

Por ejemplo, el cronista mexicano de la empresa Televisa, Enrique "Perro" Bermúdez, suele decir en sus narraciones: "viene un tiro suavecito que el portero atrapa entre sus manos con fuerza pero con cariño. Igual como se agarra a la novia."

En fin, que en la vida no hay que tomar todo lo que escuchamos de manera literal hasta que no entandamos el contexto en el que se dice cierta palabra, frase u oración.

Lo que más gusta de toda esta discusión semántica es que a mi hija no le gusta el beisbol, ya sabes, ese deporte donde es común escuchar el término: "toque de bola".

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