Estados Unidos

Nadie quiere bailar con Obama

Obama no ha cumplido su promesa de reformar las leyes de migración

El presidente Barack Obama reveló hace unos días la razón principal por la que no ha cumplido su promesa de reformar las leyes de migración: "necesito una pareja de baile y la pista está vacía", dijo el mandatario durante el congreso anual del Concilio Nacional de la Raza en Washington, D.C.

Era la segunda vez que se presentaba ante esta audiencia. La primera vez que lo hizo fue en el 2008 cuando aún era candidato y cuando dijo que reformar las leyes migratorias sería "una prioridad" y un tema que abordaría durante su primer año como presidente.

Tres años después regresa al mismo podio con las manos vacías, pero apuntando el dedo a los republicanos, a quienes acusó de retirar el apoyo e interés que alguna vez mostraron por reformar las disfuncionales leyes migratorias del país.

Es verdad que el mandatario necesita el apoyo de ambos partidos para convertir una propuesta en ley y que la oposición no tiene interés en cooperar con su administración, ni siquiera cuando el futuro financiero del país está en juego, como hemos visto durante el debate por elevar el techo del déficit.

¿Qué nos hace pensar que los republicanos cooperarán para legalizar a millones de personas?

Hoy en día, sin embargo, la preocupación más grande del presidente no deben ser sus enemigos, sino sus amigos. Su promesa incumplida en el tema de migración amenaza seriamente con hacerle perder el apoyo de los hispanos, un bloque electoral que fue clave en su triunfo del 2008.

De acuerdo con una encuesta Gallup, el 52 por ciento de los hispanos apoyan a Obama, mientras que dos tercios de los latinos que votaron por él no piensan repetir su voto en el 2012. Lo más preocupante para el mandatario probablemente es la pérdida de apoyo entre la gente joven.

Durante su discurso en Washington, un grupo de estudiantes "soñadores" (jóvenes que buscan la legalización) no dejó de protestar.

"Protestamos mientras el presidente Obama daba otro de sus predecibles discursos en el tema de migración porque estamos escandalizados por el hecho de que continúa promoviendo su reelección entre los hispanos en un momento en que no existe una solución legislativa a la crisis migratoria", dijo a Político.com Felipe Matos, un estudiante indocumentado.

Hace tres años hubiera sido impensable que los jóvenes latinos que tanto apoyaron al candidato Obama ahora se tornaran en su contra. Pero no solamente son los jóvenes. Son también profesionistas, amas de casa, obreros, y otras personas quienes han quedado profundamente decepcionadas ante el incumplimiento de las promesas que hizo hace tres años en la misma conferencia:

"Bueno, pues no sé ustedes, pero creo que ha llegado el momento en que un presidente no se eche para atrás con algo tan importante como la reforma migratoria sólo porque el tema se convierte en algo que no es popular políticamente. Necesitamos finalmente sacar de las sombras de la sociedad a esos 12 millones de personas", dijo en el 2008.

A casi tres años de su presidencia, su gobierno tiene poco que mostrar:

Un número récord de personas han sido deportadas desde que Obama llegó a la Casa Blanca.

La Dream Act, que legalizaría en el ámbito federal a los jóvenes que fueron traídos a los Estados Unidos de chicos, ha fracasado en el Congreso.

Su administración ha ampliado programas controversiales como Comunidades Seguras, que ha resultado en la deportación de personas sin antecedentes penales.

Las pocas reuniones o pláticas de alto nivel sobre la inmigración ilegal parecen ser sólo teatro para que los hispanos tengan la ilusión de que su administración está haciendo algo.

Y si la inmigración no fuera suficiente, el desempleo entre los latinos continúa más elevado que en el resto de la población. Pero aunque la economía sea mala, la inmigración sigue siendo un tema sumamente personal para los hispanos.

Sería interesante ver con qué cara se presenta Obama en campaña ante los hispanos el próximo año y promete nuevamente una reforma migratoria. ¿O quizás hemos sido ya testigos de su estrategia de campaña, que consistirá en echarle toda la culpa a los republicanos?

Es cierto que los republicanos no quieren bailar con el presidente. Pero eso es esperarse; ellos nunca han sido amigos de Obama. Es más preocupante cuando tus propios amigos te dejan parado en la pista de baile.

Hiram Soto es columnista de Enlace, el semanario en español de San Diego Union Tribune. editorial@mienlace.com

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