Hay que tener esperanza de que no todo lo que vale la pena hacer, lo podemos hacer mientras que estamos vivos, pero debemos de hacerlo aún.

México como país me ha dejado un poco con una calmante esperanza parecida al de saber que quizás tu labor no tenga éxito, pero hay dignidad en él.

Puede quizás ser un poco de hipérbole que un simple viaje (y una semana de seguir los acontecimientos post-electorales) por el estado más bello de México, Chiapas, me ha dejado con este sentimiento. Y Claro, esto es totalmente subjetivo, pero por mientras, lo diré, con todo respeto a los otros 31 entidades que ni conozco por completo o mejor.

Pero a pesar de los resultados contrarios a mis esperanzas y preferencias, hay que tener esperanza en nuestro país y nuestros compatriotas. Y sorpresivamente, un viaje por uno de los estados económicamente más pobres y la cantidad de gente movilizada desde el 1ro de Julio, me da esperanza de que hay mucho con lo que podemos trabajar para lograr un mejor país.

¿Por qué? En parte, porque hay que tener primero fe en uno mismo, luego en nuestros amigos (volteo a ver a mi familia y compañeros que han participado en el proceso electoral), en los mexicanos y en general en lo que veo en el resto de mundo que da esperanza. Un gran problema con los mexicanos siempre ha sido de que no han podido tener, primeramente, esperanza o confianza en sí mismos, no se dan el lujo de pensar en algo mejor para ellos o para los demás.

No es toda la culpa de uno o la culpa total de la sociedad, pero poco a poco mejoramos lo que podemos a pesar de los obstáculos, y en éstas últimas semanas y meses, he visto un México que si bien, le dio en una pluralidad el poder de nuevo al peor partido político que lo ha gobernado, lo hizo con un gran asterisco, con menos porcentaje de lo que se esperaba y con un claro mensaje de que no se dejará todo a la suerte o caer en la desesperación.

Todo lo que vale la pena hacer no llega mágicamente o por sí misma, no llega sólo porque ya hemos visto avances en otras eras de la historia y nos damos el lujo de pensar "las cosas no van a ponerse peor" (en cuanto a una crisis económica o retroceso en derechos civiles). Sólo porque hemos dado avances, no quiere decir que no podemos dar pasos atrás. Además, tampoco significa que nos tenemos que quitar el derecho a soñar grande o pensar de que nuestras acciones como individuos no tengan repercusiones sociales.

Andrew Sullivan escribió recientemente sobre el "shock" entre varios de las elites en el mundo, del pensar de que ellos tiene que tener consecuencias por sus faltas de responsabilidad. Habla en ese caso sobre un obispo católico condenado a prisión en Estados Unidos por hacerse ciego ante el abuso sexual infantil, pero extrapola el problema hacia el sector bancario y financiero, los políticos, gobiernos etc. Éstos le piden responsabilidad y conciencia de sus acciones a los pobres y clases medias, pero se les olvida que sus acciones son igual o si no más culpables del estado del mundo que las de un vendedor de tamales.

A lo que voy; quiero poner en perspectiva el hecho de que muchos en general, uno más que otros, han perdido la capacidad de saber lo importante que son sus acciones tanto en la vida de los demás como en la propia, y que aceptar las consecuencias y el poder de nuestras acciones –como individuos, empresa o sociedad– es un paso más hacia el progreso. Y veo actualmente un sector grande e importante de la sociedad mexicana que hace todo lo que puede para mejorar a su país, gracias a que tiene fe y esperanza en sí misma.

mjsanchezluis@gmail.com

http://sonofsancho.wordpress.com/

José Luis Sánchez Macias es licenciado de Comunicación por la Universidad Autónoma de Baja California. Ha formado parte del equipo de iDigital Creative Studio en la ciudad de Tijuana, como Analista de Mercadotecnia y redactor de producciones, así como colaborador en la producción del primer canal público de televisión de la ciudad, el canal tvTijuana, destacando su conducción del programa CocinArte, así como asistente de producción general.

Actualmente labora como Colaborador de Redacción y Traductor de la Revista Bilingüe Empresarial Business Conexión de Tijuana.