Zoología Política: Cambalache

Cambalache

Hace casi ochenta años, en 1935 Enrique Santos Discépolo escribió un tango que tituló "Cambalache". La primera vez que lo escuché fue en mi niñez, creo en la voz de Joan Manuel Serrat en la Arena Tijuana '72, en verdad no me acuerdo más si de su primera estrofa que comienza con:

"Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé…!En el quinientos seis y en el dos mil también!" y sigue diciendo: "Hoy resulta ser lo mismo ser derecho que traidor…Ignorante sabio o chorro, generoso o estafador. Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor".

Ahora que se habla tanto de cambios de gobierno, de partidos políticos, de candidatos y precandidatos, de Mesías de "Juanitos", de promesas y de buenos propósitos no pude evitar recordar la letra de "Cambalache", hoy más vigente que nunca. Muchos de sus contemporáneos quedaron en el olvido, en cambio la producción artística de Santos Discépolo tiene un estilo atemporal, una manera de decir las cosas que la gente reconoce y admira inmediatamente, como si su obra –definida por muchos como profética- expresara abiertamente el sentir del pueblo. La singularidad e ideas de sus letras no siempre en contra de la sociedad, pero si muchas veces protestando contra ella tácita o explícitamente sigue influenciando a muchos artistas de hoy en día.

Una de sus estrofas, quizás la más conocida expresa: "Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches, se ha mezclado la vida, y herida por un sable sin remaches ves llorar la Biblia contra un calefón". Qué más mundano que un calentador de agua domestico, un calefón junto al libro sagrado, la Biblia. Estas líneas "La Biblia y el calefón" dan origen al título de una canción de Joaquín Sabina en el álbum "19 dias y 500 noches" (1999).

Estrofas de Cambalache también son usadas en la canción "Siglo XXI" por Luis Eduardo Aute en su álbum "UFF" (1990), que comienza con: "Siglo XX cambalache, problemático y febril, anunció Santos Discépolo, un poete del 2000, y profeta en aquel tango que cantó a la corrupción, que gobierna las cloacas de la humana condición". Cambalache significa un intercambio, un trueque y en Argentina y Uruguay un lugar de compra-venta de enseres domésticos usados.

La genialidad de Santos Discépolo y la creatividad argentina también se encuentran en la internet, circula un video del tango "Chorra" de Edmundo Rivero donde desde la primera estrofa: "Por ser bueno, me pusiste en la miseria, me dejaste en la palmera, me afanaste hasta el color. En seis meses me comiste el mercadillo, la silla de la feria, la ganchera, el mostrador…!Chorra! Me robaste hasta el amor, ahora, tanto me asusta una mina, que si en la calle me afila, me pongo al lado del botón". La música de este tango es seguida por imágenes de la presidenta Cristina Kirchner. El término "Chorra" en el lenguaje coloquial argentino es sinónimo de ladrón, estafador y mina, que viene de la palabra italiana femmina significa mujer, especialmente en el lenguaje metafórico de los padrotes.

A pesar de que la fotografía musical que hace Discépolo de la sociedad es dura, y sus párrafos expresan una visión pesimista del mundo que nos toca transitar, me parece que su fatalismo e ironía no impiden que percibamos el sentido humano del autor. Desde su creación, la difusión de este tango se vio afectada por una resolución del ministerio de educación, las autoridades negaron permiso para sus presentaciones en vivo y fue censurada durante todos los golpes de Estado de Argentina. La gente, como suele suceder, se quedaba con las ganas de ver y escuchar a su artista favorito.

Hay muchas canciones de las que pudiera haberles hablado, de "Todos saben" de Leonard Cohen por ejemplo, donde se ridiculiza a la sociedad con disimulo e ironía. Del gran optimismo de "Imagina" de John Lennon o de a quién dedicó la canción de "Ojala" Silvio Rodríguez. De las brutales letras de "La cabeza llena" del álbum "Inventos y experimentos" (1994) de Ricardo Cocciante que dicen: "Mi cabeza está llena de mafia, de secuestros. De gente que se asusta y no tienen arrestos" que aunque hable del Nápoles de Roberto Saviano (Gomorra), bien podría estar hablando de mi ciudad o de cualquier otra de la República Mexicana.

Mientras pienso en cómo cerrar el tema me vienen a la memoria las últimas líneas del tango Cambalache: "No pienses más, sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao. Es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley…"

En resumen: El que este viejo tango retratara tan fielmente a la sociedad de los años 1930 y con la nitidez de alta definición a la actual quizás no cause sorpresa, pero sí una inmensa tristeza.

eduardo.flores@sandiegored.com

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