En la tercera temporada de la exitosa serie original de Netflix, "The Crown", cuya trama consiste en el relato de su creador de los eventos más relevantes relacionados con la corona Británica durante el largo reinado de la Reina Isabel II, se presenta un episodio, el quinto, que lleva por nombre, "Coup". El término francés Coup d´état, que significa ¨golpe de estado¨ es comúnmente utilizado en el inglés para hacer alusión a un acontecimiento de este tipo.
Dicho episodio aborda el momento en el que Lord Mountbatten miembro de la familia Real, tío del príncipe Felipe esposo de la Reina Isabel, y primo segundo de ella misma, fue relevado de su cargo como Jefe del Estado Mayor de la Defensa de la Gran Bretaña por el gobierno socialista del primer ministro Harold Wilson. Dicha acción, según lo narra la serie, fue tomada como medida política por el gobierno encabezado por el partido laborista que viéndose debilitado buscaba dar un golpe que mostrara decisión y calmara las críticas. La medida fue considerada como una afrenta personal por Lord Mountbatten, hombre poderoso y representante para muchos de los privilegios, la extravagancia y de un sistema de gobierno decadente.
Un grupo de empresarios y banqueros, encabezados por Cecil King presidente del Mirror Group Newspapers, de gran influencia en los medios de comunicación en la Gran Bretaña, vieron idónea la coyuntura para de una vez por todas buscar librar a la Gran Bretaña de un gobierno que desde su perspectiva estaba llevando al Reino Unido a la ruina y arrastrando el prestigio de su gran nación. Así, dicho grupo le propuso a Lord Mountbatten el reemplazar al primer ministro e instalar un gobierno de emergencia, en pocas palabras llevar a cabo un golpe de estado en el cual el sería impuesto como primer ministro. Inicialmente la propuesta le pareció descabellada. Sin embargo, solicitó 48 horas para analizarla y dar una respuesta. La magnífica escena de esa segunda reunión consiste prácticamente en un monólogo de Lord Mountbatten en el que explica de manera concisa el por que un golpe de estado en una democracia madura como la de la Gran Bretaña es imposible. Si bien al final del monólogo abre la puerta a una posibilidad en la que La Corona podría hacer uso de poderes constitucionales únicos y disolver el parlamento, algo a lo cual la reina se rehúsa de manera tajante posteriormente, resulta muy interesante en el monólogo pronunciado por Lord Mounbatten el que el motivo principal por el cual argumenta que un golpe de estado en la Gran Bretaña es imposible es por la solidez de sus instituciones, y por como existe un mecanismo de balance entre ellas que hace que miles de personas de diferentes ideologías, principios y creencias, incluyendo policías y militares tendrían que compartir dicho deseo por el golpe de estado y actuar activamente en consecuencia.
Históricamente la ausencia de instituciones sólidas y maduras en un país ha abierto la puerta tanto para llevar a cabo un golpe de estado como para que muchos gobernantes en turno busquen conservar el poder más tiempo del conveniente, inclusive en contra del deseo de la mayoría de su población.
En el caso de México, la debilidad o la simulación de sus instituciones ha sido históricamente el más grande obstáculo en la construcción de una democracia madura. Por este mismo motivo, durante el siglo XX América Latina fue un caldo de cultivo
ideal para los golpes de estado militares, así como recientemente, para la permanencia en el poder de tiranos populistas. El caso de México pareciera distinto al resto de América Latina, y lo fue, ya que el PRIATO evadió magistralmente la aparición de un golpe de estado al lograr una permanente simulación de un México institucional, el mismo nombre del partido de gobierno lo decía: Partido Revolucionario INSTITUCIONAL. El PRI- gobierno mantenía estricto control sobre lo que aparentaban ser instituciones operantes en una democracia. Las instituciones existían en algunos casos solo de nombre, y en otros casos si llegaron a ser sólidas, pero siempre bajo el estricto control del presidente en turno y con la función de preservar el poder del partido de gobierno. En gran medida a eso refería la famosa frase de Mario Vargas Llosa en la que llamaba al México que existió bajo el poder autoritario del PRI, ¨La Dictadura Perfecta¨. Fue justamente cuando algunas instituciones claves del país iniciaron un proceso de ciudadanización y de mayor rendición de cuentas y transparencia, que el PRI gobierno se vio obligado a ceder poder y posteriormente a debilitarse.
La realidad actual de México encuentra en esa delicada relación entre instituciones y el poder su más grande reto para definir el rumbo del país para los años venideros. Desde su inicio, incluso antes de tomar posesión, el gobierno de López Obrador de manera burda y clara pareciera estar tomando de algún ¨manual del tirano¨ el paso a paso de como debilitar, desaparecer, modificar o simplemente descalificar sin tregua aquellas instituciones que interfieren o contradicen sus deseos o planes y proyectos de gobierno o políticos. La famosa frase pronunciada por López Obrador en el año 2006: ¨¡Al diablo con sus instituciones!¨, hoy se materializa de forma clara diariamente desde el pulpito de las conferencias mañaneras, donde allana y prepara el camino para a la par, o posteriormente, operar la estrategia requerida según la institución, las condiciones y el momento. Con frecuencia vemos al presidente molesto cuando su voluntad no se cumple, afortunadamente si existen todavía algunas instituciones en México que no se han doblegado pero están siendo acechadas para hacerlo. Aguantemos la embestida y levantemos la voz.
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