Regresa Chucky al estilo Black Mirror

La nueva historia de El Muñeco Diabólico nos trae la historia de un juguete que se puede conectar a Internet con nulo respeto a la vida

Fotografía por: Regresa Chucky al estilo Black Mirror

Una extraña pero divertido cambió tuvo el reinicio de la franquicia en cine de El Muñeco Diabólico: Childs Play. En su primera entrega de 1988 fue una historia que marcó al género de terror al involucrar juguetes con el budú y la reencarnación diabólica; ahora se trata simplemente de una programación sin los protocolos de las leyes de la robótica plasmados por Isaac Asimov, que dejan claro el respeto a la vida.

El Muñeco Diabólico de 2019 es la historia de un muñeco hecho en Tailandia que fue mal programado para carecer de protocolos de seguridad y así desarrollar libre albedrio de acuerdo a lo que aprende de los humanos que lo rodean y la tecnología con la que se puede conectar mediante Internet. El Muñeco está programado para llamarse Chucky y es regalado a Andy Barday, interpretado por Gabriel Bateman. Andy añoraba tener a un Buddy, el juguete de moda que conecta con todo lo que tiene internet, su madre se lo regala de cumpleaños y así surge una relación de codependencia que hará que Chucky haga todo lo posible por ser el único y mejor amigo de Andy.

La película es divertida, tiene 4 escenas violentas de homicidios pero lo terrorífico es el ambiente, la tensión y la estética perturbadora de los juguetes Buddy, hechos por la empresa de tecnología Kablan que supuestamente domina el mundo de los electrónicos en el universo desarrollado para Childs Play.

La atmósfera es real, es fácil conectar porque se plantean situaciones verosímiles. El ambiente en cada escena es perturbador y la comedia es atinada, logra un equilibrio para mantener a la audiencia en una historia que nos muestra que la inocencia de un juguete puede ser tétrica.

Lo que sí veo es que la primera triología de Childs Play de 1988 y de la década de los 90 es muy diferente a la de 2019 en donde el director Lars Klevberg hizo una historia más completa con temas más profundos que una posesión demoniaca. De hecho el título en español solo es para evocar que se trata de un reboot de 1988 pero no tiene que ver nada con el futuro de la nueva franquicia.

Chucky, podría tener una secuela dado que el programa que lo hizo malvado está en Internet y el muñeco podría regresar con otras intenciones o con las mismas obsesiones, es decir: buscar a Andy, su mejor amigo.

En Netflix veremos una nueva serie en la que está involucrado Don Mancini, creador del juguete diabólico.

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