Para bien (o para mal) el documental que te hará reflexionar sobre varios tratamientos alternativos.

Es bien sabido que los tratamientos con medicina convencional, de manera sorprendente, son los que causan la muerte directa de miles de personas alrededor del mundo. Sus efectos secundarios, invasivos al organismo y poca efectividad para tratar ciertos padecimientos, llevan a quienes tienen una enfermedad a buscar una manera alternativa como solución. Sin embargo, dichos tratamientos y terapias catalogadas como sanas, naturales o espirituales, que se han vuelto sumamente populares en algunos sectores demográficos actuales, también conllevan sus riesgos, no solo físicos o psicológicos, sino también económicos.

Bajo esta tesitura se mueve el eje central del nuevo documental de Netflix “Para bien (o para mal)”, mismo que pretende mostrar en sus seis episodios el lado oscuro y polémico en la industria del bienestar personal. En contraparte expone la otra cara de la moneda, el testimonio de gente que ha visto resultados esperanzadores y positivos en estos tratamientos. Dejando así que espectador decida si dichos métodos son riesgosos y controversiales, o no, pues quizás todo depende de quién lo haga, cómo lo haga, a quien se lo haga y bajo qué circunstancias.

Entrevistando a diversos especialistas, pacientes y víctimas, la docuserie se adentra a explorar temas como los aceites esenciales, el sexo tántrico, el consumo de leche materna en adultos, el ayuno, la ayahuasca y la terapia con veneno de abejas.

En el primer episodio cuestionan si los aceites esenciales son un remedio para el estrés y la ansiedad o si solo son un negocio multinivel que pretende estafar a los consumidores.

La siguiente entrega aborda el sexo tántrico, mismo que ha ayudado en la vida íntima de muchas parejas y el autodescubrimiento femenino como vía hacia un estado mental más saludable, pero también muestra los riesgos de grupos que forman sectas y que abusan sexualmente de sus miembros.

En el episodio sobre la leche materna, esta se ha considerado como un alimento rico en proteínas y grasas preferido por los fisicoculturistas, incluso ha ayudado a gente con cáncer, sin embargo, el dilema ético está sobre la mesa, pues la prioridad son los niños. Además ¿Qué pasa si alguien consume leche infectada con hepatitis o algo peor?

El cuarto episodio muestra los riesgos del ayuno, y aquí un paréntesis, pues cada vez más influencers en YouTube o Instagram son portavoces y promotores de dietas que les han funcionado para aliviar el cáncer y otras enfermedades, pero la mayoría de las ocasiones estas personas no tienen conocimientos nutrición, pasa lo mismo con centros alternativos que llevan a cabo métodos semanales sin supervisión médica y claro, existe la negligencia y los efectos adversos.

De ahí brincamos a la ayahuasca, una droga alucinógena utilizada por los shamanes para verse inmersos en un trance. Su consumo es visto como una terapia de rehabilitación, algunos la recomiendan, pues ha aliviado por completo sus dolencias y traumas, dejando ir cosas del pasado y abriendo una puerta hacia un nuevo comienzo. En el lado contrario, si alguien que padece una enfermedad mental consume esta bebida puede convertirse en alguien sumamente peligroso.

Finalmente tenemos a la terapia con veneno de abejas. Su estudio es escaso y poco aprobado, especialmente por la FDA, pero las personas que han probado el método han aliviado la artritis reumatoide o la enfermedad de Lyme.

Al final, el documental “Para bien (o para mal)” deja el contexto abierto, aunque a veces se inclina más a favorecer un lado que al otro, demeritando en su edición y sus argumentos la opinión de los expertos para decantarse por los testimonios de la gente en la mayoría de los casos, y sin sustento.

La idea es que la gente se replantee qué métodos o tratamientos debe seguir, alentándolos a informarse de múltiples fuentes antes de caer en una estafa o un peligro irremediable para la salud. Digamos que es una batalla entre la fe y la ciencia, la pobreza del sistema de salud actual y la riqueza de las soluciones naturales, los métodos costosos de las farmacéuticas y los últimos recursos a buscar para algo que parece irremediable.

Este documental, aborda a su vez, cómo a veces podemos ser manipulados por quienes ofrecen una falsa esperanza, cuando en realidad desean obtener un beneficio propio. Aun así, es sumamente interesante y recomendable de ver.

En mi opinión, sé por experiencia propia y familiar cómo los métodos alternativos resultan ser mejores que la medicina convencional, lo he visto y experimentado, sé que es real. A pesar de eso, nada es definitivo, y soy consciente de los peligros a los que se exponen quienes la practican de manera incorrecta o lo llevan al exceso, por lo que todo depende bajo la lupa que se mire.

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