Washington, 12 ago (EFE).- El debate republicano en Ames (Iowa) dejó claro que, de desbancar al presidente Barack Obama en 2012, los republicanos continuarían su política de "mano dura" contra los indocumentados y sepultarían la posibilidad de una reforma migratoria en EE.UU., afirmaron hoy activistas.
Los republicanos realizan un esfuerzo denodado por captar una mayor cuota del electorado hispano pero rechazan cualquier plan que incluya la legalización de los once millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos.
En el debate de anoche, ocho de los precandidatos presidenciales, a tono con la postura de su base conservadora, repitieron su rechazo de una reforma migratoria integral.
Expertos consultados hoy por Efe coincidieron en que esa es una apuesta arriesgada, si se toma en cuenta que el voto latino, al igual que en años pasados, puede ser decisivo en estados clave para los comicios generales de 2012.
"Está claro que los candidatos republicanos han llegado a la conclusión de que tienen perdido el voto latino, y cualquier intento de apaciguar a los latinos sería en detrimento del apoyo de su base y no están dispuestos a sacrificarlo", dijo Muzaffar Chishti, analista del Instituto de Política Migratoria (MIP, en inglés).
"Los partidarios de una reforma migratoria esperan que, si uno de los candidatos republicanos gana en 2012, adopte una política" que resuelva el problema, agregó.
Por su parte, Lynn Tramonte, subdirectora del grupo "America's Voice", señaló que ninguno de los candidatos ofreció ideas o soluciones para los indocumentados ya dentro del país.
"Por supuesto que todo mundo favorece una inmigración legal; a nadie le interesa que la gente siga cruzando ilegalmente la frontera y arriesgando su vida. Lo que no oí durante el debate fue una solución a los problemas que aquejan al sistema migratorio", afirmó.
Sobre las campañas republicanas para cortejar el voto hispano, Tramonte dijo que, a su juicio, de nada sirve poner un rostro latino en las papeletas si se mantiene un mensaje "antiinmigrante".
Eliseo Medina, secretario internacional y tesoro del sindicato SEIU afirmó que el sistema migratorio requiere una "solución urgente y realista" en vez de discursos partidistas que polarizan al país.
Según Medina, los votantes latinos quieren una reforma que "no sólo resguarde la seguridad de nuestra nación y nuestra economía sino también nuestros valores".
Un estudio del Centro Hispano Pew en mayo pasado indicó que, sin importar la ideología, la mayoría de los votantes estadounidenses apoya una vía para la legalización de los indocumentados por un margen de 72 por ciento contra un 24 por ciento.
Entre los republicanos moderados, el apoyo fue de 58%-39%, y sólo entre los más conservadores el resultado fue del 49 por ciento por partes iguales, según el estudio.
El apoyo a la reforma fue mayor entre los demócratas, como ha sido el caso hasta ahora, y ese estudio también destacó que para el 75 por ciento de los votantes una deportación masiva no es viable.
Además de abogar por una mayor vigilancia fronteriza, los republicanos rechazan una "amnistía" porque los inmigrantes eventualmente se convierten en nuevos votantes.
Las tendencias electorales demuestran que, en general, los nuevos votantes latinos se inclinan más por los demócratas que por los republicanos, en parte por la percepción de que éstos son "antiinmigrantes".
Anoche, el legislador de Texas, Ron Paul, abogó por retirar a las tropas estadounidenses de Irak y Afganistán y "llevarlas a la frontera, donde tenemos el verdadero problema".
Mientras, el empresario Herman Cain aseguró que EE.UU. "puede ser al mismo tiempo un país de vallas altas y de puertas abiertas".
Por su parte, el exgobernador de Massachusetts, Mitt Romney, subrayó que apoya la inmigración legal "pero necesitamos asegurar la frontera y castigar a los empresarios que contratan a inmigrantes ilegales".
El tenso debate sirvió de antesala a la encuesta de mañana en el recinto de la Universidad Estatal de Iowa, conocida como el "Iowa Straw Poll", un encuentro que, desde 1979, ha ayudado a determinar la viabilidad presidencial de los candidatos republicanos en liza.
A 15 meses de los comicios, no sorprende que el discurso republicano se mantenga inamovible en su rechazo a la reforma migratoria, según los activistas.