TIJUANA.- A Facundo Cabral la muerte no le asustaba, él sabía lo que era enfrentársele desde temprana edad, incluso llegó a decir que cada vez que iba a dormir mantenía un ensayo con ella.
El hombre que hizo de sus letras una poesía, una canción, visitó Tijuana apenas el pasado mes de octubre, fue ahí donde relató este sentimiento que se volvía cada vez algo cotidiano.
Siempre vistió de mezclilla, chamarra de cuero, sus gafas oscuras y ese bastón que sostenía sus años, sus alegrías, sus dolencias y su andar, así fue Facundo el hombre que siempre tuvo un halago, una sonrisa, un consejo.
Ahora hablaré en primera persona, la ocasión lo amerita, es y fue un artista de talla internacional. Aquella tarde de octubre llegó al salón donde ofrecería lo que sería su última conferencia de prensa en la frontera.
Sorprendió de entrada el tema que eligió para conversar: La muerte. Habló con tanta familiaridad que asustaba, ¿quién tendría ganas de morir?
"Yo soy fuerte, lo que mejor tengo es mi fortaleza, me crié de una manera terriblemente fuerte, en el abandono, vi morir cuatro hermanos en mi infancia de hambre y de frio, así que imagínate, a mi la muerte no me preocupa en absoluto si es lo primero que conocí", dijo el 1 de octubre de 2010.
A sus 73 años no le disgustaba la idea de liberarse del cuerpo, eso le excitaba y es que tras convivir con el cáncer en los últimos años y la ausencia de sus hermanos, su organismo estaba cansado, aunque su ánimo no.
Facundo hablaba con tanta naturalidad que enmudecía a la audiencia, el "maldito" cáncer como le decía, volvía, entró al quirófano en tres ocasiones de enero a mayo del 2010, pero ahí la llevaba, bien o mal se le notaban sus ganas de seguir compartiendo.
"Tengo 73 años, es la edad ya casi de irse, a mi me gusta estar acá, pero no me disgusta la idea de irme", destacó en aquel entonces.
A nueve meses de aquella visita, Facundo Cabral hoy ya no está entre nosotros, le robaron la vida quizá de la manera que menos imaginó, pero deja algo claro "no soy de aquí, ni soy de allá".