Tijuana.- La crisis económica en los Estados Unidos y las fuertes medidas anti-inmigrantes implementadas por ese país han ocasionado que la tasa de salidas y entradas entre México y Estados Unidos sea igual a cero, dijo Douglas Massey, profesor de sociología y políticas públicas de la Universidad de Princeton.
"Hemos llegado al fin del boom de la migración entre México y los Estados Unidos", dijo. "Ahora tenemos una población más o menos estable de mexicanos en los Estados Unidos".
Según Massey, actualmente hay 11 millones de mexicanos en Estados Unidos, el 60 por ciento de ellos están como indocumentados y unos 3 millones viven en Norteamérica desde que sus padres los cruzaron como ilegales siendo niños o bebés.
"Es una crisis de derechos humanos muy fuerte, especialmente para los que entraron a los Estados Unidos como niños, porque crecieron allá, hablan inglés, y no tienen ni un sendero para escapar", dijo. "Muchos no pueden regresar a México, no entienden la cultura, son norteamericanos después de toda su vida en el norte, pero no hay posibilidad de avanzar en los Estados Unidos con su cargo de ilegalidad".
Massey presentó esta investigación y sus argumentos en septiembre pasado en el Colegio de la Frontera Norte, el Colef, ante académicos e investigadores de migración de México y España.
Su ponencia fue catalogada por el fundador del Colef, Jorge Bustamante, como "lo más sorprendente" que se ha realizado actualmente sobre la migración entre ambos países.
Sin embargo, Bustamante, quien actualmente es relator de los derechos humanos de los migrantes para la Organización de las Naciones Unidas, cuestionó la teoría de que el flujo migratorio de indocumentados entre México y Estados Unidos haya llegado a cero. Dijo que las encuestas que realiza cada mes el Colef no muestran esto en las fronteras norte y sur de México.
"Las encuestas que tenemos reflejan todavía flujos migratorios en cientos de miles", dijo Bustamante.
Como un argumento más, coordinadores entrevistados de los albergues para migrantes de la Casa Ymca, Madre Assunta y Casa del Migrante, en Tijuana, y Hotel Migrante, en Mexicali, coinciden en que el número de repatriados ha disminuido desde finales de la primavera, pero aún continua Estados Unidos deportando a cientos de indocumentados.
Para Massey, actualmente muchas familias de mexicanos y centroamericanos establecidas en los Estados Unidos tienen un estatus mixto en su condición de residencia. Algunos de sus miembros sí cuentan con papeles y otros no.
Así que algunos están cruzando la frontera binacional con papeles y otros están cruzando por las puertas de entrada oficiales con documentos apócrifos, pero pocos están pagando a "coyotes". En ese contexto, la burocracia estadounidense está sujeta a deportar cada año a 400 mil personas, explicó.
Massey dijo que históricamente en los Estados Unidos desde "La paz bracera" (1954-1964), pasando por lo que algunos políticos estadounidenses llamaron "El ascenso de la amenaza latina" (1965-1995) y "Los tiempos de Guerra" (1996-2006), hasta "El punto muerto" (2007-2011) la política migratoria "está completamente fregada desde el principio".
"A través de los años, entre 1965 y 2005, la cantidad de migrantes que entraron a los Estados Unidos no cambió mucho, sólo la categoría. Ser ilegal ofreció oportunidades a políticos y burócratas para marcar a migrantes como criminales y, con estas metáforas malas, podían conseguir más y más fuertes políticas contra la migración", explicó en entrevista.
"Fue un proceso auto sostenido a través del tiempo", agregó, "que con más recursos hacia la frontera, más aprehensiones de migrantes, confirmaba para ellos que había una invasión de mexicanos hacia los Estados Unidos y que necesitaban más recursos para la patrulla fronteriza. Es todo un círculo que no tiene nada que ver con la realidad de migración entre México y los Estados Unidos, que es parte de la economía".
Massey, autor de media docena de libros sobre investigación sociológica y migración, dijo que cinco veces ha expuesto ante el Congreso de Estados Unidos su visión de la migración e incluso ha publicado una serie de artículos al respecto en el influyente diario New York Times.
Nadie del gobierno estadounidense le ha hablado, lo que interpreta como un desinterés de Washington hacia el tema; sin embargo el presidente de México, Felipe Calderón, sí le habló recientemente para que le expusiera estas investigaciones.
Según el experto, en Estados Unidos no se ha comprendido la problemática migratoria porque hay más beneficio político en demonizar a los migrantes mexicanos que en manejar la situación de una manera razonable.
"Hay mucha gente que se beneficia de todo esto. El empleador más grande en la frontera es la patrulla fronteriza, más de 20 mil cambas (personas adineradas) dependen de este mito, que hay una invasión, y ahora hemos llegado al punto que el tráfico neto a través de la frontera está en cero", dijo en entrevista.
"Yo he intentado por años informar a los líderes en Washington, he ofrecido mi testimonio al Congreso y he escrito mucho en periódicos y revistas", explicó. "Pero hay más ruido, los medios públicos están llenos de ruido con información falsa y hay grupos que tienen mucho dinero que quieren demonizar a los mexicanos y no a los hombres de negocios Nueva York que causaron la crisis económica. Es más fácil demonizar a los negros y a los mexicanos que causan nuestros problemas, en vez de los banqueros de Nueva York que hicieron todos estos juegos con dinero, que fue una economía de casino. Ellos causaron el colapso pero están enojados con los mexicanos".
Massey es pesimista sobre una posible reforma migratoria a corto plazo. Dijo que tuvo esperanzas cuando el presidente Barak Obama la propuso durante su campaña, pero la realidad es que no ha hecho algo por las minorías en los Estados Unidos.
"(Obama) Es un líder muy débil, no puede avanzar en las causas que prometió cuando era candidato y ahora con el control de los republicanos en la Cámara de Diputados no hay posibilidad de pasar nada de la reforma migratoria", agregó.
De acuerdo al último dato que tiene el Centro de Investigación Pew, que corresponde a marzo de 2010, hay 11.2 millones de inmigrantes indocumentados hispanos viviendo en los Estados Unidos, casi un millón menos que los que habían contabilizado en 2007, luego de décadas de crecimiento.
omar.millan@sandiegored.com
Fotos: Cortesía Alfonso Caraveo del Colegio de la Frontera Norte
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