TIJUANA.- Buenos deseos, buena comida y vino, muchos abrazos y las promesas de regresar. Por lo demás, la segunda reunión binacional de la Asociación de Alcaldes Fronterizos, que se llevó a cabo este jueves en el Word
Trade Center de Tijuana, fue la exposición de problemas comunes pero de difícil solución.
La convención, a la que asistieron cinco alcaldes estadounidenses y diez mexicanos, se dio justo un día después de que el Departamento de Estado de los Estados Unidos renovara la advertencia a sus ciudadanos sobre "los peligros de viajar a México" por los ataques del crimen organizado.
Pese a su importancia, este tema no estaba en la agenda de la reunión, que se centró en los cruces fronterizos, desarrollo económico, asuntos migratorios y seguridad pública.
Además, la junta de ediles sucedió en un año profundamente político tanto en Estados Unidos como en México por las inminentes elecciones presidenciales y donde todavía sobre todo en los estados fronterizos estadounidenses el desempleo supera el 10 por ciento tras los efectos de la crisis económica.
Los acuerdos de los alcaldes, dados a conocer por el gobierno local al finalizar la convención, están más enfocados a la administración regional de obras del ámbito federal y al deseo de inversiones mutuas para generar empleos.
Durante la inauguración, el gobernador de Baja California, José Guadalupe Osuna, pidió a los alcaldes dejar a un lado sus partidos políticos para "construir puentes que nos unan" y presionar juntos a Washington y Ciudad de México.
Osuna se refirió a la interdependencia comercial de las regiones fronterizas de México y Estados Unidos, donde conviven cerca de 83 millones de personas. Sólo los bajacalifornianos gastan cada año en California 6 mil millones de dólares, dejando unos 500 millones de dólares en impuestos.
Inequitativamente, dijo el mandatario, los estadounidenses dejan en esta entidad unos 2 mil millones de dólares anualmente.
De ahí la necesitad de fortalecer las relaciones internacionales, como en esa reunión, con una visión que promueva el empleo, la inversión, salud, seguridad pública, infraestructura fronteriza y medio ambiente, señaló Osuna.
Según el alcalde de Tijuana, Carlos Bustamante, anfitrión del evento, durante la reunión fueron tomados "acuerdos relevantes" que se traducirán en un trabajo conjunto en beneficio de las comunidades que radican en la zona fronteriza México-Estados Unidos.
Los ediles "coincidieron en la necesidad de apoyarse mutuamente con el propósito de impulsar programas de información y difusión con la finalidad de promover los resultados positivos en materia de seguridad pública en las ciudades fronterizas", dijo Bustamante.
Además, indicó, "de reforzar los programas que fomenten la participación y denuncia ciudadana como elemento sustancial en el combate a la criminalidad; vincular los programas de prevención del delito con las políticas públicas de repatriación de ciudadanos en nuestra frontera común".
Sobre los cruces fronterizos, dijo, que el acuerdo consistió en dar seguimiento a los esfuerzos de Baja California y California para concluir los estudios ambientales y financieros, en los que se incluya la aplicación de normativas municipales para la construcción del cruce fronterizo Otay Mesa II.
Bustamante informó que también será impulsada la conclusión de las consultas con los promotores de la terminal binacional aeroportuaria San Diego-Tijuana, en lo concerniente al financiamiento y diseño del proyecto en el lado estadounidense.
Durante las pláticas entre los ediles, se decidió fortalecer el programa de segmentación de tráfico en las líneas de acceso, como Ready Lane y Sentri, para favorecer la reducción del tiempo de espera en los cruces fronterizos.
En cuanto al ámbito económico, los alcaldes consideraron que es necesario fomentar la inversión productiva como factor esencial para el crecimiento y el progreso de las comunidades.
El gobierno local dijo que coincidieron en que la prioridad económica para las ciudades de ambos lados de la frontera es la creación de fuentes de empleo de calidad, justamente remuneradas y con un impacto positivo en las cadenas productivas.
Aprobaron fortalecer el esquema de crecimiento económico a partir de los denominados clusters estratégicos; que alienten y fortalezcan la inversión productiva en áreas que promuevan la investigación tecnológica, la innovación y el desarrollo de la calidad de mano de obra altamente calificada.
En lo que concierne a los asuntos migratorios, mencionaron que la topografía, la desaceleración del crecimiento económico y la elevada tasa de desempleo en las ciudades de la franja fronteriza, agudizan los movimientos humanos y migratorios en nuestra región, dijo Bustamante.
Las tasas de crecimiento social negativo, motivadas por la crisis económica, repercuten en las limitaciones de urbanización, las carencias de planeación, y su influencia en el sistema de ordenamiento armonioso del territorio, indicaron.
Por ello, indicó el gobierno local, los alcaldes "consideraron importante impulsar en todos los órdenes de gobierno, así como en la sociedad civil, una visión humanitaria de la migración que coadyuve en la solución de los problemas del desarrollo regional".
Los alcaldes que participaron en la reunión fueron Juan Antonio Balderas,
alcalde de Jiménez, Coahuila; Santos Javier Garza, edil de Anáhuac, Nuevo León; José Ángel Hernández, de Nogales, Sonora; Héctor Agustín Murguía, de Ciudad Juárez, Chihuahua; y Vicente Terán, de Agua Prieta, Sonora.
También Enrique Pelayo, de Ensenada; Javier Urbalejo, de Tecate; Francisco Pérez, de Mexicali; además de Adriana Teissier, de Cozumel; Judith Vázquez, de Acayucan, Veracruz, quienes asistieron como invitadas especiales.
Y de Estados Unidos asistieron Madeleine Praino, de Village of Vinton, Texas; Daniel Romero, de Calexico, California; John Cook, de El Paso, Texas; Jerry Sanders, de San Diego, California; y Miyagishima Ken, de Las Cruces, Nuevo México.
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