Hace diez días, el Consejo de Supervisores tomó la inflexible decisión en oponerse a la Proposición 64, una medida a nivel estatal que legaliza la venta de marihuana recreacional y, no olvidemos, el hachís industrializado.
El voto unánime fue una afirmación de la ictérica opinión de las fuerzas policiales en contra de la legalización.
Pero si la declaración unánime de los supervisores cambió a un solo votante a la columna en contra, estaría sorprendido.
Las encuestas indican fuertemente que la prohibición de la marihuana con antigüedad de ya casi un siglo va a ser cosa del pasado. California va en el camino de Colorado, Oregon y Washington.
Sin importar qué tanto son creídos los avisos de moral o seguridad pública sobre el "Fin del Mundo" serán cuestionables.
La cuestión indiscutible será qué tanto, o que tan poco, las ciudades y condados lucran de esta planta, una industria basada en cannabis que generará miles de millones de dólares en tax.
En la ciudad de San Diego, gracias al pragmatismo del congresista Mark Kersey, los votantes decidirán la Medida N, en discusión sobre imponer ventas locales de tax sobre la marihuana recreacional en los 64 pases de evento.
N adjudica dos cosas: Primero, San Diego permitirá las tiendas de marihuana recreacional dentro de sus fronteras; y segundo, la ciudad puede tener protección contra los costos asociados a la legalización.
La solución de Kersey: agregar un tax local, estimado neto de $22 millones en su primer año; y, si hay exceso de ingresos, pues, entre más mejor para las arcas fiscales de la ciudad.
Hay bastante evidencia anecdótica, de cualquier manera, las encuestas alrededor de nuestro condado pueden no estar tan preparadas para alcanzar la marea alta. Podrían fácilmente invocar su derecho a declarar "secos" a su ciudad o condado, inhóspito al tráfico legal de cannabis.
Más allá de la problemática temática sobre la distribución al por menor, considerando una faceta fundamentada de la industria legal de hierba que pondrá a prueba la hostilidad de San Diego hacia la marihuana.
Algunos miembros del Buró Granjero de San Diego están buscando oportunidad dentro del cultivo comercial de marihuana legal, esto de acuerdo a Eric Larson, el director ejecutivo del buró local.
Hubo un seminario conducido recientemente por el Buró Granjero para informar a los cultivadores de San Diego sobre el nuevo y valiente mundo granjero que muy probablemente llegue pronto.
Ahora mismo, el Departamento de Comida y Agricultura de California está desarrollando reglas para permitir la comercialización del cannabis médico. El departamento anticipa que las primeras licencias serán expedidas el primero de enero del 2018.
Aunque la junta de San Diego fue privada, el buró estatal declinó el proveer detalles es bastante seguro que uno de los puntos principales hablados fue el poder que tienen las ciudades y condados de San Diego de prohibir o limitar la cultivación así como tienen el derecho de prohibir o limitar los dispensarios.
Es completamente posible que un condado o una ciudad que quiere expresar su hostilidad hacia la marihuana puede negarle a los granjeros el derecho de crecer una cosecha de dinero dentro de sus fronteras.
Durante un foro de candidatos la noche de pasado lunes por el Buró de Granjeros de San Diego, Larson preguntó a los dos candidatos supervisores del Distrito 3 Supervisor Dace Roberts y el alcalde de Encinitas, Kristin Gaspar si apoyarían la cultivación de marihuana en las áreas no incorporadas al condado.
En su prisa por expresar desaprobación hacia la marihuana recreacional, los candidatos evitaron la pregunta de Larson, que se trataba de los granjeros haciendo dinero, no sobre preservar la seguridad pública.
Cuando fueron presionados para hablar respecto a la pregunta de cosecho de marihuana, Gaspar simplemente dijo, "Respeto las leyes que son aprobadas. Respeto la voluntad de los votantes."
Por su parte, el titular Roberts se desvió hacia la moratoria de dispensarios e hizo eco a las preocupaciones de seguridad pública pero, en cuanto al cultivo, el punto pareció escapársele.
"Si esa es la voluntad de los votantes, tenemos que implementarlo," dijo.
No, es la voluntad de los políticos electos, no los votantes, esa es la mejor parte. (A menos, claro, de que los políticos elijan batear y detener un voto consultivo.)
Tal vez sólo soy yo, pero como exalumno de política, me parece que este prospecto es algo por lo cual vivir.
¿Cómo es que el conservador San Diego, como se vio reflejado por el Buró de Supervisores, balanceará su creencia oficial de los efectos negativos de la marihuana, con los efectos en el flujo de dinero de los granjeros?
Bendecido por clima cálido Mediterráneo y terreno variado, San Diego está hecho para la cosecha de la marihuana.
El Norte de California ha sido un lugar de cultivación ilegal por décadas.
Interesantemente, el Buró Granjero del estado, de acuerdo al único recurso dentro de, está internamente revuelto sobre la legalización.
Algunos granjeros del norte se oponen a la producción comercial por el hecho de que los cosechadores ilegales han podrido la tierra y desviado el agua. Algunos granjeros creen que la legalización abrirá la puerta al incremento de ventas ilegales de producción fuera del estado.
Si lo pensamos, nuestras típicas granjas pequeñas están idealmente creadas para competir por una cosecha de dinero que requiere mucho TLC para modular su THC.
Sólo imagínenlo.
Pero recuerden, gracias a los límites de mandato, ni uno de los supervisores de cosecha actuales estará en el buró para el 2021.
Los tiempos, y los lideratos del condado, están cambiando.
*Nota originalmente publicada en el San Diego Union-Tribune.
Traducción: Azelia Mejía