¿Quién no se topó con esta pregunta durante sus años de educación básica?
Pudo haber sido bien contestada, según nuestro profesor y palomeada para nuestra felicidad. Pero ya que estamos inmersos en un mundo laboral, sistema social y económico en conjunto con la moral en turno, si se te preguntara, sí, a ti que estás leyendo esto
Querido lector: ¿cuál es tu identidad y cómo se ha conformado? porque, ¿ya está conformada? O ¿es que se sigue conformando al paso de los años y experiencias?
A diario manejamos conceptos a los cuales estamos tan acostumbrados y se nombran tanto que los desgastamos: tolerancia, respeto, amor, solidaridad, democracia, identidad, diversidad, nacionalismo, etc.
Entonces, pido que intente recordar cuándo fue la última vez que mencionó alguno de estos conceptos. ¿Lo recuerda? Quizá no, porque la memoria almacena lo trascendente y estos conceptos no lo son. Y no estoy afirmando que no es que sean importantes, lo son. Sino que debemos hacer un esfuerzo porque dejen de ser considerados como conceptos y tomados como lo que son: virtudes; cualidades humanas que nos permiten tomar y concretar decisiones para actuar correctamente.
El vivir en frontera te acerca a nuevas perspectivas de una sociedad, el converger, compartir espacio-tiempo, idioma (o mezcla de él) y contexto histórico para conformar una cultura hibrida válida únicamente bajo su contexto.
Entonces, ¿qué es lo que pasa en nuestra zona fronteriza como Tijuana- San Diego? Es una de las más transitadas y en algún tiempo Tijuana fue considerada como la ciudad más visitada del mundo, lo que convertía a nuestros vecinos al norte, San Diego, CA, en la ciudad también más visitada del mundo. Porque de eso se trataba, un conjunto; el bricolaje cultural y ese híbrido del que tanto se habla. Si bien compartimos o no compartimos, más bien, culturas entre países vecinos, México-Estados Unidos, es increíble el mosaico cultural que se conforma en la zona fronteriza. Sin embargo la realidad es totalmente distinta. La brecha es abismal, no compartimos lenguaje, ni moneda, ni religión oficialmente.