TIJUANA.- Aunque el escándalo mayor de la corporación policiaca en el gobierno del alcalde priísta Carlos Bustamante ha sido el video que exponía a una joven en el distrito policial La Presa que bailaba a agentes para no ser detenida, ha habido casi dos centenas de policías cesados por otros motivos.
Son en total 195 policías municipales de Tijuana que han sido separados de sus cargos por estar en proceso de investigación, 18 de ellos por delincuencia organizada, desde que comenzó la administración el 30 de noviembre del año pasado.
Los agentes fueron dados de baja de la corporación durante el desarrollo del programa de depuración policiaca, dijo Julián Domínguez, portavoz de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM).
Domínguez expuso en el marco del seminario "Seguridad pública y criminalidad: determinantes socio espaciales y estructurales", celebrado este martes en el Colegio de la Frontera Norte, el programa de la SSPM, luego que el secretario de la dependencia, Alberto Capella, a cargo de esa exposición cancelara su participación a última hora.
Al llegar al rubro de la depuración policiaca, el portavoz dijo que a casi un año de la administración, 195 agentes municipales están en proceso de investigación, 37 de ellos ya fueron dados de baja definitivamente.
Indicó que 106 oficiales fueron separados de sus cargos por faltas injustificadas, 38 por abuso de autoridad, once por extorsión, 18 por delincuencia organizada, dos por abuso sexual, once por dar positivo a antidoping y el resto por usurpación de funciones.
En la anterior administración, del panista Jorge Ramos (2007-2010), fueron cesados casi 600 policías municipales cuando el gobierno local comenzó el programa sin precedentes de "limpieza" en la corporación a través de diversos exámenes de confianza.
El perfil de la policía municipal, centrada en labores preventivas, cambió durante ese periodo a hacer trabajo más relacionadas a operativos. Hubo en ese periodo también 48 oficiales asesinados entre 2,327 homicidios que se registraron de 2008 a 2010 sólo en Tijuana producto de una guerra intestina del crimen organizado y sus enfrentamientos con autoridades militares y policiales.
Actualmente la SSPM tiene 2,237 policías en activo y ha depurado al 60 por ciento de los distritos de su corporación. Las autoridades aceptan que lo óptimo para una ciudad como Tijuana, con 1.6 millones de habitantes, debería ser al menos del doble de agentes.
El programa que presentó el portavoz de la SSPM es el mismo que llevaba a cabo el capitán Gustavo Huerta, quien fue despedido el pasado 4 de octubre y su lugar nombrado Alberto Capella.
Son nueve ejes que comprenden la prevención social del delito, profesionalización de la corporación, reducción de delitos de alta incidencia, sectorización del servicio, coordinación con otros órdenes de gobierno, equipamiento, dignificación de instalaciones, depuración permanente y resultados de las intervenciones de la policía municipal.
Es innegable que se ha mejorado la coordinación entre corporaciones militares y policiacas y se ha conseguido que la sociedad sienta que está más segura, a pesar de que hay registros de secuestros, que siguen generando inquietud, pero ya no es generalizada, dijo Luis Cervera, investigador del Colef.
Sin embargo, señaló, hay indicios de que viejos vicios de la policía municipal como la extorsión a estadounidenses no se han podido terminar.
"No sé si no se pueda o no se quiera llegar hasta el fondo. La depuración es una parte de la nueva corporación, está orientada al tipo de vínculo que tenía la policía con el crimen organizado, pero y los demás vicios, qué hay del control interno, el reclutamiento, no hay una visión más integral", agregó Cervera.
Por su parte, Alejandro Brugués, otro investigador del Colef, explicó que el fenómeno de la violencia y la criminalidad en esta ciudad se debe principalmente a características socio demográficas, económicas y de estructura urbana.
Tijuana tiene el mayor índice de viviendas desocupadas a nivel nacional, entre un 25 y un 35 por ciento de las casas están vacías. Esto contribuye al índice de criminalidad, además de altos porcentajes de jóvenes desocupados principalmente en la zona este de la ciudad, donde hay condiciones marginadas y problemas de servicios públicos, dijo Brugués.
