ROSARITO.- El llamado "Padre desobediente", Raymundo Figueroa, fue liberado de la penitenciaría estatal luego de pagar una fianza de 20 mil pesos un día después de ser encarcelado por presunto despojo de bienes federales.
"Todo esto ha sido un acto político del arzobispo (Rafael Romo)", dijo Figueroa, quien planeaba oficiar dos misas este fin de semana en un predio situado a un costado de la parroquia del Santísimo Sacramento, ubicada en la colonia Constitución de Playas de Rosarito.
En ese lugar, un patio austero en el que se colocaron imágenes religiosas, el "Padre desobediente" celebra misas desde hace un año para más de 300 personas de esa comunidad luego de ser sacado por oficiales federales de la parroquia del Santísimo Sacramento tras un penoso conflicto con el máximo representante de la iglesia católica en la región.
El conflicto entre Figueroa y el arzobispo Romo comenzó hace casi tres años, cuando este último ordenó a todos los sacerdotes de la grey no oficiar misas durante la contingencia de influenza AH1N1 y el padre Figueroa desobedeció.
En represalia, la Arquidiócesis de Tijuana ordenó su traslado a un nuevo oficio parroquial pero Figueroa dijo que no lo haría pues aún tenía trabajos pendientes en esa comunidad. Romo utilizó recursos legales para obligarlo a salir de esa parroquia hasta que lo consiguió el año pasado.
El caso continuaba. El arzobispo anunciaría el pasado 6 de enero que la Sagrada Congregación para el Clero en Roma impuso "la pena de dimisión del estado clerical" al sacerdote Raymundo Figueroa. El decreto vaticano lo dejaba sin los derechos y oficios del estado clerical.
Al respecto, Figueroa dijo que hasta el momento no había recibido alguna carta del Vaticano con ese aviso, por lo que todavía es sacerdote, "algo para lo que había nacido".
El pasado jueves la Procuraduría General de la República (PGR) ordenó la aprehensión de Figueroa por el supuesto delito de despojo de bienes federales, es decir, la parroquia del Santísimo Sacramento que se había negado a dejar.
"No entiendo por qué hablan (las autoridades) de despojo si desde hace un año se dejó la iglesia. Esto es político, ya no tiene nada que ver con lo religioso", dijo.
Figueroa manifestó que fue liberado cuando la comunidad a la que oficia misa en Playas de Rosarito pagó su fianza de 20 mil pesos. Aún tendrá que enfrentar ese proceso judicial pero sin estar en prisión.
Para este fin de semana él y su hermano Gabriel Figueroa también sacerdote y a quien el arzobispo Romo destituyó de la parroquia que oficiaba tenían programadas ocho misas, al menos dos las daría el llamado "Padre desobediente".
"Estoy en las manos de Dios", dijo Figueroa afuera del patio en la colonia Constitución donde celebra misas, mientras una docena de sus seguidores lo abrazaban y le preguntaban cómo se encontraba luego de pasar una noche en prisión.
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