Mañana sábado más de 200 personas se darán cita en ambos lados de la frontera para participar en la posada anual que se efectúa cerca dela valla doble de acero que espera a San Diego y Tijuana.
Las reglas para este evento serán igual que las del año pasado.
"Podrán hablar con sus contrapartes en México", dijo el vocero de la Patrulla Fronteriza, Steven Pitts.
Pero no se permitirá que la gente se toque a través del cerco o intercambie regalos para prevenir el contrabando, explicó.
"Solo puedes acercarte tres pies de la línea divisora", dijo, añadiendo que agentes van a vigilar el evento.
Christian Ramírez, el coordinador nacional para asuntos migratorios de la organización American Friends Service Committee, aseguró que la tradición anual continuará a pesar de las restricciones federales.
"Habrá gente cantando villancicos navideños."
"Líderes religiosos ofrecerán algunas palabras y los Inmigrantes contarán sus historias desde el lado de México", explicó.
En San Diego, los participantes planean a reunirse a las 2 p.m. en la entrada del Border Field State Park cerca de Dairy Mart Road en San Ysidro.
Muchos se reunirán a las 10 a.m. en el Chicano Park y desde ahí salir.
Los organizadores esperan que la mayoría de los participantes esté en el lado mexicano de la frontera porque en el lado americano es difícil llegar al lugar donde se realizará la posada.
"Menos gente de la comunidad podrá ir porque hay una nueva regla que requiere que muestres tus documentos antes de que te permitan entrar a el área enjaulada",dijo Ramírez, en referencia a la puerta que da acceso al parque.
Un cerco secundario fue construido el año pasado, tiene una entrada controlada por los agentes de la Patrulla Fronteriza y solamente se permite que 25 personas entren cada 30 minutos.
La mayoría de los participantes son miembros de grupos religiosos, dijo Ramírez.
En el lado mexicano habrá representantes de la Casa del Migrante y de la Diócesis Católica de Tijuana.
Antes de que las medidas de seguridad fueran reforzadas, esta posada era un evento netamente transfronterizo.
"La gente en realidad se cogían de la mano y cantaban y se regalaban dulces a través del cerco", dijo Benjamín Prado, del
American Friends Service Committee. "Ahora ya no".
"La gente estará ahí pero será muy controlado", añadió Ramírez.
Para mayor información acerca de la Posada sin Fronteras visite el sitio de
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