TIJUANA.- La calle Quinta de la histórica colonia Libertad pareció no ser lo suficientemente ancha y larga para albergar a miles que asistieron a la octava edición del Festival Ópera en la Calle.
A lo largo de más de diez horas de presentaciones de zarzuela, opereta, ópera y danza, miles de personas los organizadores estimaban 15 mil iban y venían a empujones por los estrechos pasillos buscando un asiento o un espacio para observar los espectáculos musicales.
Quedó claro que el festival tiene más seguidores que los que caben en esa calle y tal vez es tiempo de sacarlo a espacios más grandes.
El director artístico de la Compañía de Ópera de Tijuana y del festival, José Medina, dijo el sábado tras el escenario que ya estaban pensando en esa posibilidad y tal vez el próximo año lo realicen en la avenida Revolución.
"Llevar la ópera a la calle ha sido un paso agigantado para traer también a la gente al teatro o para que los niños le pierdan la vergüenza a oír La Traviata o cualquier ópera", expresó Medina. "Es un logro además porque ya estamos incluidos en el catálogo de los mejores festivales de arte y cultura de México y esto nos sirve para tratar de consolidar la compañía de ópera".
Fueron poco más de 200 cantantes, actores y bailarines locales que formaron parte del programa.
Al asomo de sus actuaciones no dejó de sorprender el gran talento que hay en la región y la voluntad para expresarlo aún cuando parece que eternamente hay escasez de recursos para el arte y la cultura, y siempre están presentes actos y noticias rojas que por momentos inhiben a la gente a salir a la calle.
Resultaron brillantes y aplaudidas las participaciones de la Sinfónica Juvenil de Tijuana, a cargo de Pavel Getman, en su interpretación de extractos de "La flauta mágica" de Mozart; y del Ensamble Lírico Juvenil, cargo de José Medina, que interpretaron el segundo acto de "La Boheme" de Puccini.
También fue radiante la presentación de la Compañía de Danza de Baja California, a cargo de Raúl Martínez Tadeo, con la cantata "Carmina Burana" de Carl Orff; y las actuaciones del tenor Marco Antonio Labastida y la soprano María Lozano con extractos del musical "El Fantasma de la Ópera" de Lloyd Weber.
El clímax emocional llegó, sin embargo, con la actuación del San Diego Taiko Ensemble, a cargo de Kathy Fuller y John Iversen, y el Grupo de danza Preparatoria Lázaro Cárdenas, con una coreografía especial realizada para el festival; y la presentación de la ópera "Cavallería Rusticana" de Mascagni a cargo de la Compañía de Ópera de Tijuana.
A pesar del tumulto y los pocos espacios, había en el festival una atmósfera muy agradable y familiar.
Hubo un sol radiante y el clima era cálido sin llegar a ser sofocante. Cuando anocheció la temperatura siguió siendo agradable. En todo caso vendían cerveza bien helada, vinos tintos y blancos, antojitos, quesos y pan con aceitunas, cafés fríos y calientes.
El festival terminó a la medianoche e inevitablemente a muchos les dio por cantar y silbar rumbo a sus automóviles. Unos imitaban a los cantantes de ópera, pero curiosamente no había dejos de ironía, sino alguien quien comienza a respetar estos cantos.
"A todos nos gusta el mariachi, la banda, lo que quieran, pero tener esta alternativa cultural como esta es importante y más que se haga una costumbre. Me gusta mucho, sobre todo porque están creando nuevos públicos, hay muchos niños que ahora mismo están viendo algo que nosotros no tuvimos la oportunidad de ver cuando éramos chicos", dijo Gilberto García, un comerciante tijuanense de 63 años.
El festival surgió en 2004 para festejar el aniversario del Café de la Ópera, situado en la calle Quinta frente al cine Libertad del antiguo barrio; pero pronto se convirtió en una de las muestras artísticas más emblemáticas de la ciudad convocando a miles de personas.
La pretensión de los organizadores fue y sigue siendo promover el conocimiento y la apreciación del género operístico en un contexto popular y familiar. Decirle a todos que "la ópera no muerde ni es elitista, sino simplemente se siente".
Esta meta parece haber sido superada, pero ahora hace falta consolidar la compañía de Ópera de Tijuana, un organismo civil con diez años de historia que ha presentado con gran calidad obras completas en el teatro del Centro Cultural Tijuana con recursos propios y muchas dificultades económicas.
Teresa Riqué, directora la compañía y ex directora del Instituto Municipal de Arte y Cultura, aseguró que buscará hacer de la Ópera de Tijuana lo mismo que ahora es la Orquesta de Baja California, que ahora es financiada en parte por la federación, el gobierno del estado y la iniciativa privada.
