San Diego.- Unos cien manifestantes se reunieron en el puente peatonal de la garita de San Ysidro la tarde del viernes, 27 de mayo, para exigir justicia a un año de la muerte de Anastasio Hernández Rojas, un inmigrante que fue golpeado por agentes migratorios en el lugar.
Desde el puente peatonal, los manifestantes gritaban frases como "alto a la impunidad" y "queremos justicia" a los automóviles que esperaban cruzar a Tijuana.
"Otra vez nos encontramos en este punto de la frontera donde hace un año ocurrió un incidente donde Anastasio fue golpeado hasta el punto de la muerte", dijo Pedro Ríos, vocero de American Friends Service Committee, una organización que defiende los derechos de los inmigrantes.
"El caso de Anastasio no se nos ha olvidado. No se nos olvida que la justicia aún no ha llegado a su familia".
Hernández era un trabajador de la construcción de 42 años y padre de cinco hijos. Había vivido en Estados Unidos por más de 20 años, antes de ser deportado.
Una autopsia del examinador medico del condado de San Diego determinó que Hernández murió de un ataque al corazón. Actualmente su muerte continua siendo investigada por una dependencia federal en Estados Unidos.
"Las autoridades apagan las cámaras para cometer sus atrocidades, pero ante cualquier acto de brutalidad, vamos a exigir justicia", indicó Ríos. "No tenemos miedo".
En la manifestación estuvieron presentes la madre y otros familiares de Hernández.
"Estamos dolidos con lo que pasó", dijo Verónica Hernández, prima de Anastasio. "A Obama le decimos que venimos a este país a trabajar, no venimos a matar como lo hicieron sus autoridades".
La manifestación se realizó también para llamar la atención al Operativo Comunidades Seguras, cuya misión supuestamente es la deportación masiva de delincuentes indocumentados pero que se ha enfocado en comunidades latinas pacíficas.
También, se realizó la misma semana en que el estado de Arizona aprobó una medida que castigaría a empresas que contratan a trabajadores indocumentados.
Adriana Caso, de la Coalición Pro-Derechos de la Raza, exigió un alto a lo que llamó "la política de terror de Obama, la política asesina de esta frontera".
"A quien asesinaron aquí fue a un ser humano. Por eso es nuestra obligación estar aquí. Ese hombre tenía una familia, tenía una comunidad, y no olvidamos".