TIJUANA.- La Policía Municipal de Tijuana presentó este domingo al presunto homicida Armando Pérez Borjón, de 37 años.
Pérez Borjón era buscado por las autoridades estadounidenses tras el asesinato de su esposa, Diana González, de 19, degollada en un baño del City College de Chula Vista, California, el 12 de octubre de 2010.
Desde el crimen, Pérez Borjón huyó y la Policía de San Diego y los US Marshalls sospechaban que se había refugiado en Tijuana, luego de que el 30 de enero de 2011 hallaran un vehículo del sospechoso abandonado en esta ciudad.
El Secretario de Seguridad Pública Municipal (SSPM), Alberto Capella, informó que la captura del presunto criminal se dio la madrugada de este domingo por agentes municipales en la Zona Centro de la ciudad.
De inmediato se tuvo comunicación con autoridades de Estados Unidos a fin de confirmar la identidad del inculpado. Desde la muerte de González, la Policía de San Diego había enviado a las autoridades mexicanas fotografías y datos del sospechoso. Además ofrecía una recompensa de 1 mil dólares.
Según la Policía de Tijuana, Pérez Borjón fue capturado en la avenida Revolución. Las autoridades locales tienen información de que el presunto criminal se dedicaba a la venta de drogas al menudeo desde que se refugió en esta ciudad.
Según informaron las autoridades, Pérez Borjón será extraditado a Estados Unidos.
Durante la presentación Concepción González, madre de la víctima, agradeció a las autoridades mexicanas por haber arrestado al presunto homicida, según se informó en utsandiego.com.
"Mi hija no va a regresar, pero esto me da un poco de paz", dijo la señora.
Cuando Pérez Borjón entró a la habitación la madre de la víctima comenzó a llorar, "¿Porqué le hiciste esto?", preguntó en repetidas ocasiones.
En voz baja el presunto asesino le pidió disculpas mientras sollozaba.
La víctima y Pérez tenían nueve meses de casados y una bebita de dos años cuando fue asesinada, desde entonces la niña ha estado al cuidado de los padres de Diana.
Los familiares de la occisa creen que esta tragedia no hubiera ocurrido si las autoridades hubieran hecho bien su trabajo semanas antes cuando Pérez secuestró, violó e intentó estrangular a la joven de quien estaba separado. La policía lo arrestó, pero la fiscal Bonnie Dumanis no presentó cargos contra él.
Tras el secuestro, los familiares de la joven intentaron protegerla siguiéndola a donde quiera que ella iba. La noche en que fue asesinada sus padres la esperaban dentro de su auto en el estacionamiento de la escuela, al lado de dos patrullas del campus.
Cuando la joven no salió de su salón de clases y no contestó su celular, los padres notificaron a la policía. A las 10 p.m. un estudiante la encontró sin vida en el baño de los hombres.
Después del asesinato de González, Dumanis dijo que el caso original carecía de pruebas, a pesar de que el reporte de la policía mostraba las lesiones que evidenciaban el estrangulamiento.
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