Tijuana.- Para sus cinco nietos y seis hijos, María de Jesús Salas, de 66 años, es el equivalente al mítico Santa Claus.
Sólo que esta Santa tiene un viaje cansado de casi cincuenta horas vía terrestre desde Los Ángeles, donde vive su madre, pasando por Tijuana, hasta su natal Monterrey.
"Me sale más barato viajar así, porque si no en avión pagaría el triple de exceso de equipaje con todos los paquetes que traigo. Llegó muy cansada pero al final vale la pena por ver a toda mi familia", dijo.
La tarde del pasado 21 de diciembre, Salas estaba a punto de emprender la etapa final de su travesía: 36 horas de la frontera a Monterrey. Varada en la Central Camionera de Tijuana, esperaba la partida de su camión. Ya estaba exhausta, pero también dijo que se sentía feliz.
"En realidad mi preocupación mayor es qué vamos a comer para Navidad; nos pondremos de acuerdo en cuanto llegue el viernes (hoy) por la mañana. Si no alcanzamos a hacer tamales y pavo, yo creo que una carne asada. Para qué me preocupo verdad, lo importante es estar todos juntos", comentó.
Salas explicó que cada año viaja desde Monterrey a ver a su madre a Los Ángeles, California; pasa unos meses del invierno con ella y aprovecha también para comprar los regalos de sus nietos e hijos, principalmente juguetes y ropa.
A su regreso a casa es vista por su familia como la "abuelita que trae los mejores regalos", siempre un juguete que un nieto esperaba o bien una chamarra o pantalón de moda que el hijo quería, dijo.
En la central de autobuses iban y venían personas, la mayoría con enormes maletas y cajas que esperaban partir de la ciudad.
Durante esta temporada decembrina se da uno de los mayores flujos migratorios de Estados Unidos a México, principalmente de personas de origen mexicano que regresan al país a pasar las fiestas navideñas con sus familias.
El programa federal Paisano, que pretende inhibir las extorsiones hacia los viajeros y opera el gobierno junto a 20 organismos públicos para dar información y atención a connacionales que retornan a México, estima que este año alrededor de un millón 800 mil paisanos regresaron a México de Estados Unidos.
Como la señora Salas, miles hacen de Santa Claus y traen consigo los regalos para sus familias. Eso sin contar las divisas que envían aquellos mexicanos que por diversos motivos no pueden regresar en esta temporada con sus parientes.
Los ingresos por remesas familiares enviadas sólo a Baja California, principalmente por los mexicanos que residen en Estados Unidos, se incrementaron un 15.7 por ciento en el tercer trimestre de 2011, en comparación con el tercer trimestre del año anterior, apuntó Alejandro Díaz Bautista.
El investigador del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y catedrático en economía en el Colegio de la Frontera Norte indicó que las remesas que llegaron a Baja California se estimaron en los 106.8 millones de dólares.
"Actualmente, las remesas que envían los mexicanos a sus familiares en sus regiones de origen como Baja California, contribuyen en incrementar los ingresos de la economía regional, al igual que otros flujos como los de ayuda al desarrollo y la inversión extranjera directa", dijo.
El último censo estimaba que había unos 11 millones de mexicanos, el diez por ciento de la población actual del país, viviendo en Estados Unidos.
Más de 50 millones de estadounidenses son de origen hispano. El 63 por ciento de esta comunidad es, además, de origen mexicano. Pero este grupo ha crecido más por nacimientos que por migración en la última década, según un estudio publicado este año por el Centro Pew Hispanic.
En la Central Camionera decenas de personas esperaban la salida del autobús que los llevaría de nuevo con sus familias. Ahí, María de Jesús Salas descansaba encima de su equipaje en la fila previa a documentar sus pertenencias, no se impacientaba, al fin que Santa ya traía los regalos e imaginaba las sonrisas que provocaría.
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