TIJUANA A través del tango argentino, jóvenes tijuanenses buscan contar la historia de una ciudad anclada en la cultura y alejada de estereotipos que la reducen a la criminalidad y la crisis, para mejor explorar la comunicación entre las parejas, naciones, tradición y el futuro.
"En esta ciudad, todos hablan y pocos escuchan, no hay comunicación. Sin Fronteras, Tijuana Tango, busca difundir esa cultura musical y de baile, haciéndola relevante para la circunstancia que vivimos aquí", dijo a Enlace Miguel Ángel Reynaga, quien junto con sus hermanos Juan Carlos y Manuel, es uno de los impulsores para el renacimiento de este baile que tiene orígenes centenarios en la ciudad portuaria de Buenos Aires y que vivió su época de oro desde los años 1930 a los 1950, cuya música y estética perduran hasta hoy día.
Reynaga dijo que en sus clases de tango es común encontrar parejas que arriban con problemas, como en el caso de "demasiada independencia" en el caso de mujeres profesionistas, o en el caso de hombres con demasiada introversión, a través de los papeles ritualizados de este baile encuentran un canal para trabajar con ellos.
Una característica distintiva del grupo es su juventud, pues sus miembros tienen entre 20 y 25 años en promedio, lo cual contrasta con otras comunidades de bailarines de tango, como la de San Diego, en la que la edad promedio es de más de 50 años, dándole una energía especial al grupo tijuanense.
"Hay mujeres muy exitosas e independientes, para las cuales 'dejarse llevar' en el baile es una experiencia nueva, mientras que para los hombres les fuerza a tomar un papel de liderazgo. En general, el baile les pide que se conviertan en mejores personas", indicó Reynaga, quien enseña los sábados de 5:30 a 7 de la tarde en la Galería de la Esquina, Independencia 1015 esquina con Aldama de la colonia Independencia.
Sin Fronteras surgió como una iniciativa por parte de los estudiantes de Reynaga, con el impulso organizacional de Cheryl Álvarez, quien había vivido en carne propia la experiencia del tango cuando fue estudiante de intercambio en Argentina, experiencia que conjuntó con sus conocimientos adquiridos en la Universidad Autónoma de Baja California para conformar el grupo sin fines de lucro.
Los estudiantes de la primera camada de las clases de Reynaga realizan exhibiciones en eventos culturales de la ciudad, como en pasados festivales por el orgullo gay, el Festiarte, y eventos en la Plaza Río, entre otros.
Uno de los problemas a los que se enfrentan es la precariedad respecto a los espacios para dar clases y seguir impulsando el tango, pues no han alcanzado números masivos y dueños de lugares terminan cancelando los espacios en búsqueda de manifestaciones artísticas más redituables, como ha ocurrido con El Lugar del Nopal, la Casa Campay, y el Museo Medusa, entre otros, dijo Reynaga.
"Por eso, mi meta es lograr contar con dos locales en la ciudad que sean exclusivos para el tango", dijo el menor de los hermanos Reynaga.
Juan Carlos, otro de sus hermanos, dijo que a nivel personal el tango le ha permitido transformarse, pues el contacto con otras personas que no es muy común en nuestra sociedad contemporánea, y el baile ayuda para salir de la timidez, ayudado a través del ritmo y el movimiento.
"No es difícil, más si están ya interesados en el baile como la música de banda o si les gustan las rancheras; la diferencia es que hay otras reglas", dijo Juan Carlos, que también enseña en la Casa de la Cultura de Altamira (Av. París 5, esq. con Lisboa) los lunes de 6:30 a 8 de la noche y los martes de 7 a 8.
"Somos jóvenes, y jóvenes jalan a más jóvenes; hay gente que se sorprende pues piensan que éste es un baile para gente mayor. Pero creemos que es importante nuestra participación, pues arte que no evoluciona tiende a morir", dijo Juan Carlos.
La comunidad de tango en Tijuana es muy joven, y eso se nota en sus reuniones para bailar, llamadas milongas, en las cuales es más común ver a parejas bailando con un abrazo abierto, en lugar del muy cerrado que demanda más técnica e interiorización de baile, la cual toma a bailarines años para adquirir.
Los cuerpos de estos bailarines aún no están del todo familiarizados con los diferentes matices de sonidos de las principales orquestas del tango de los 1930, 1940 y 1950, las de Carlos Di Sarli, Juan D'Arienzo, Francisco Canaro, Aníbal Troilo, y Osvaldo Pugliese, que demandan diferentes dinámicas de movimiento, desde la lenta y muy melódica de Di Sarli hasta la dramática e intensa de Pugliese, pasando por la juguetona y sincopada de D'Arienzo.
Tal vez debido a su edad, la mayoría de los jóvenes prefieren los sonidos electrónicos, mezclados con la paradigmática energía del bandoneón, del llamado Tango Nuevo, desarrollado durante la última década y que tiene entre sus principales exponentes a grupos como Gotan Project, Bajo Fondo, Otros Aires, Narcotango, y Tanghetto.
Vanessa Piri, sicóloga y también una de las fundadoras de Sin Fronteras, dijo estar interesada en la dimensión terapéutica del baile, y la forma en la que puede funcionar como un mecanismo de comunicación entre la pareja.
"Si el tango es un lenguaje, que tiene que ser aprendido por la pareja, puede ser también que el aprender ese nuevo lenguaje también permita crear espacios de sanación en el caso de problemas", dijo Piri, reconociendo que el que dos personas hablen el mismo lenguaje no garantiza la solución de los mismos.
Más información sobre otras clases y eventos realizados por Sin Fronteras Tijuana Tango puede ser encontrada en su página de Facebook.
Miembros del grupo sin fines de lucro Sin Fronteras, Tijuana Tango, bailan en frente del Palacio Municipal de Tijuana, como parte de su milonga mensual al aire libre titulado Milonga Urbana, se reúnen cada primer sábado del mes.
Eduardo Santana escribe para Enlace, el semanario en español de San Diego Union Tribune. editorial@mienlace.com