Sus compañeros de trabajo son los fantasmas de Frida Kahlo y Diego Rivera, que entre judas, alebrijes y catrinas, cruzan el puente que divide la casa de San Ángel que construyó en los años treinta el arquitecto Juan O'Gorman y que hoy se ha transformado en el Museo Estudio Diego Rivera que dirige Montserrat Sánchez.
Sánchez nació y creció en Mexicali, pero se formó profesionalmente en Tijuana. Desde muy pequeña tuvo claro que el camino de su vida sería el del arte, y aunque destacó como creadora elaborando esculturas, lo que marcó la diferencia fue su trabajo como curadora de arte.
A Sánchez se le debe también la gestión para la próxima adquisición de la casa del historiados Edmundo O´Gorman, hermano del arquitecto Juan O'Gorman.
Platicamos con ella una tarde después de la lluvia, en el cuarto de los alebrijes y esto fue lo que nos dijo.
¿Qué significa Tijuana en su vida?
Es mi casa, mi hogar. No es el lugar donde nací, yo nací en Mexicali, pero toda mi vida familiar fue en Tijuana y para mí siempre tendrá un significado enorme.
Ahora que está lejos, ¿qué extraña de Tijuana?
Los amigos definitivamente. Los amigos la familia, pero también el hacer las cosas, el crear los proyectos y darle ese toque personal.
¿La gente de aquí del museo se sorprende al saber que es de Baja California?
Bueno, ser de Baja California es como una carta de presentación que se ve en la manera de trabajar con mucho arrojo.
¿En qué se siente usted tijuanense o bajacaliforniana?
En una serie de maneras de trabajar un poco más directas sin llegar a ofender. En nosotros no hay enredos en la manera de trabajar y de ser.
¿Qué la lleva a darle el sí a una exposición, qué marca la diferencia entre abrir una puerta o no abrirla?
Yo me dedico a montar exposiciones de carácter histórico y son revisiones históricas de gente que hizo aportaciones que por alguna razón no han sido visitadas y que puede ser leída desde el punto de vista contemporáneo. El arte contemporáneo nos ha dado una serie de herramientas para analizar el pasado.
¿Hay algún personaje que usted haya puesto en escena que considere que no le había hecho justicia la historia?
Sí, la última exposición que hicimos fue la de Rosa Nolanda, ella fue la esposa de Miguel Covarrubias y le pasó lo que le pasó a muchas mujeres artistas de mucho valor que entraron al mundo del arte por ser esposas de un artista y no habían sido valoradas en su propia dimensión. Frida misma hasta cierto punto, ya después la mística la llevó a otro nivel.
Ese es un tema que a mí me interesa mucho.
En este caso fue una mujer casada con un artista muy famoso y carismático, que su fotografía no se había visto para nada. Estaban dos o tres pinturas en colecciones particulares, entonces nada más fue el conjuntarlo todo. Llevarlo a escena para mí es algo muy importante.
¿Cómo encontrarlo, cómo descubrirlo cómo valorarlo?
Bueno, uno contrata investigadores que saben su tema y en este caso fue propuesta en una terna. Había muchos temas en la mesa y este tema a mi me pareció que valía la pena.
¿Hay alguna pintura, alguna obra de arte en específico que le signifique algo especial en su vida?
No sé si hay una específica. Creo que la belleza del arte radica en que nos muestra lo que no se puede decir de otra manera, y son tantas las visiones y tantas las posibles aproximaciones que yo creo que está en la variedad, la riqueza y no en una sola obra especifica trascendental.
¿Únicamente rescata artistas históricos o ha usted impulsado alguna carrera joven?
No, estando aquí en el museo, no. La vocación del museo sí tiene este carácter histórico. En Tijuana cuando hacia trabajos de curaduría sí llegué a trabajar con artistas nuevos que en particular me gustó mucho su obra y en algunas exposiciones sobre todo colectivas.
¿Le gusta algún artista tijuanense en particular?
Me gusta mucho el trabajo de Jaime Ruiz Otiz, Ivonne Venegas, Alfredo Gutiérrez que hace graffiti , bueno hay muchos con los que he tenido el privilegio de trabajar en estas exposiciones colectivas y sí, creo que hay por ahí arte que vale mucho la pena.
¿Qué siente usted de trabajar en un lugar así, tan lleno de energía, tan lleno de mística?
Bueno, pues la primera parte te intimida, definitivamente tienes una responsabilidad enorme de mantener y conservar uno de los espacios míticos del gran Diego Rivera.
Tenemos aquí tanta parte de la colección de arte popular, los judas, las calaveras de Carmen Caballero. Estos eran dos artesanos que trabajaban prácticamente para Diego Rivera.
También tenemos este importantísimo retrato de Dolores del Rio y arriba tenemos un video de cuando él está haciendo este cuadro precisamente.
Entonces la responsabilidad de mantener este lugar, de que tenga vida, la enorme cantidad de visitantes que recibimos es toda una responsabilidad y yo estoy muy entusiasmada de tenerla.
¿Los judas y alebríjes están permanentemente aquí?
Sí, permanentemente aquí. Nosotros hacemos revisiones de los archivos fotográficos para ubicar algunas de las piezas. Aquí pusimos el teléfono porque hay una fotografía donde estaba Frida sentada en el piso con el teléfono arriba. Aquí se llevaban a cabo toda clase de tertulias, almacén de piezas, era algo que cambiaba, estaba en constante movimiento, es muy interesante esta parte de que es historia viva.
Aquí llegaron a vivir Frida y Diego al regresar de Estados Unidos, era su casa matrimonial.
Esta era la casa de Frida, la de atrás, La Casa Azul, no la de Coyoacán. La que estaba conectada por el puente. Frida vivió poco tiempo aquí, pero hay documentado suficiente registro fotográfico como para determinar que a pesar de que ya no vivía aquí siguió yendo y viniendo y hay varias obras que están registradas hechas aquí, inclusive "Las dos Fridas".
¿Ha cambiado mucho San Ángel desde entonces?
La parte vieja de San Ángel no, las casonas siguen siendo las mismas. Es un pueblo protegido, eran digamos las casas de campo ricas.
editorial@sandiegored.com
Esta es una entrevista de la serie que estaremos ofreciendo: Tijuanizando México.
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¿Qué es Tijuanizando México?
Este movimiento busca a aquellos tijuanenses que por razones profesionales han salido de la ciudad y cuya labor está marcando diferencias e influyendo en el país entero.
Cada jueves presentaremos a usted el perfil más íntimo de estos personajes que están dando de qué hablar a 3 mil kilómetros de distancia.
Ellos llevan el espíritu tijuanense como una marca registrada, como una actitud que se contagia, como un sello inocultable capaz de imprimirse en un estilo personal de innovar. Su creatividad y capacidad de innovación está Tijuanizando México.
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