Valrá y los Quijotes que lo salvan una y otra vez

Valrá y los Quijotes que lo salvan una y otra vez

TIJUANA — Si la vida de cada ser humano puede ser una película, la del pintor bajacaliforniano Ángel Valrá sería una road movie, un viaje constante de sufrimientos y alegrías fugaces que, sin embargo, ha valido la pena porque hoy lo tiene en el paraíso junto a su pequeña hija, Sabina, de 5 años. Las […]

Por Alexandra Mendoza el abril 13, 2017

TIJUANA — Si la vida de cada ser humano puede ser una película, la del pintor bajacaliforniano Ángel Valrá sería una road movie, un viaje constante de sufrimientos y alegrías fugaces que, sin embargo, ha valido la pena porque hoy lo tiene en el paraíso junto a su pequeña hija, Sabina, de 5 años.

Las escenas van desde su infancia en una escuela primaria del poblado La Rumorosa, donde vivía con su madre, una maestra rural, y sus cuatro hermanos luego de que su padre los abandonara cuando él tenía nueve años; hasta aferrarse a la vida para conocer el edén.

El paso contempla la muerte de su primera esposa en un accidente vehicular; fundar el Partido Mexicano de los Trabajadores junto a Demetrio Vallejo y Heberto Castillo; forjarse como pintor y su labor como docente de artes plásticas en la región.

Además de bellas mujeres como parejas sentimentales; París, México, su vuelta a la frontera —para exorcizarse de un amor obsesivo— y donde ha encontrado una aparente serenidad al lado de una joven de 28 años, con quien procreó a Sabina.

"La vida es así", resume el pintor, una frase que gusta repetir tanto como aquella de Stephane Mallarmé, "un tiro de dados nunca abolirá el azar", porque asegura que definen también su comportamiento ante su propia historia.

Hace 43 años, Valrá consiguió una fama insólita a raíz de que un Quijote realizado por él fuera publicado en la portada de la revista mexicana Siempre!, por entonces la mejor publicación de Latinoamérica y una de las seis mejores a nivel mundial.

La revista tenía la tradición de exponer una viñeta artística de El Caballero de la Triste Figura en cada aniversario. Para entonces ya habían publicado quijotes de David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, José Luis Cuevas, Rafael Coronel y René Portocarrero, entre otros.

Valrá, cuyo verdadero nombre es Ángel Alfonso Valenzuela Ramos, tenía entonces 21 años y había pintado ese Quijote en cuatro días, dijo, luego que su prometida le había pedido tiempo para pensar en casarse y él quería impresionarla.

"Yo estaba muy enamorado de Imelda Chávez Manríquez. Ella me dijo que iba a pensar mejor (el casamiento). Me quedé como zombi. Caminé todo ese día sin rumbo hasta que en la noche llegué a mi cama y me dormí. Al día siguiente desperté y mi primer pensamiento fue un Quijote", explicó.

Aquella primavera de 1969 fue formalmente su comienzo como pintor profesional, aunque desde los 12 años, aseguró, se empleaba como pintor en ferias que llegaban a su natal Mexicali —dibujando figuras de animación de Walt Disney para ayudar al gasto familiar— y a los 18 años había egresado de la escuela de artes plásticas José Clemente Orozco de Mexicali, que paralelamente había estudiando junto a la normal.

La obra de Valrá se ha exhibido en galerías de México, Estados Unidos y Europa. En 1991 expuso en la muestra colectiva Homenaje a Mozart, que incluía a los mejores pintores del país en el Museo de Arte Moderno; y en 1986 participó en la muestra Confrontación 86, celebrada en el Palacio de Bellas Artes.

En la frontera, su pintura ha sufrido la indiferencia, el olvido o el regateo artístico de algunos de sus contemporáneos artistas, de la crítica o de cronistas de la ciudad.

Él afirmó que en buena medida eso se debe a su filiación a la izquierda y porque se considera un hombre que dice lo que piensa sin medir la factura política que ello causa.

Pero nunca ha dejado de pintar, dijo, ya sea en la Ciudad de México, París o en Tijuana, donde actualmente reside y tiene su estudio en las colinas de Cumbres de Juárez. Hace cuatro años, el empresario y ex alcalde de Playas Rosarito, Hugo Torres, le encargó 120 obras para un complejo habitacional.

Francisco Godínez, curador del Instituto Municipal de Arte y Cultura, indicó que la plástica de Valrá sin duda es una de las más importantes de Baja California. "Es un maestro, un pintor con una técnica abstracta bien definida".

En mayo próximo, el Centro Cultural Tijuana exhibirá en la galería El Cubo una muestra del artista bajo la comisaría del también pintor Enrique Ciapara titulada Ángel Valrá, pintura revisitada.

Ciapara dijo que esta revisión mostrará tres décadas (de 1980 a los 2000) del artista que será fascinante para "comprobar su gesto o impronta propia en tan variadísimos temas y técnicas".

"Nos parece muy interesante mostrar al público cómo es que un autor vivo de este nivel y trayectoria se ha venido reinventando", señaló Ciapara.

Son más de tres décadas de obras de lo que Valrá llama "la imagen creando la obra y no la ilustración de ideas".

A pesar de que las temáticas de sus cuadros son principalmente abstractas, actos mentales en los que se aislan conceptualmente objetos, Valrá aseguró que lo que más le ha ayudado en su carrera de pintor han sido los quijotes, cuyas imágenes ha plasmado en unos 400 cuadros de diversos tamaños.

"Don Quijote siempre me ha ayudado y siempre me ha resuelto los problemas económicos en los que he estado. La gente quiere quijotes, cristos y cruces, sin duda por la esperanza que les causa, aunque yo soy un libre pensador, casi ateo", dijo.

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