Chicago, 29 jul (EFE). – El méxicoamericano Daniel Solís, quien se considera el concejal "más verde" de Chicago, se encuentra a un paso de controlar la emisión de las plantas generadoras de energía que arrojan toneladas de contaminantes al aire cerca de escuelas con cientos de niños latinos.
"Mis electores me han reclamado una ordenanza y hemos avanzado en la dirección correcta", dijo hoy Solís (D-25) en un comunicado, al comentar el proyecto de ordenanza de Energía Limpia que puso a consideración del Concejo Municipal.
Con el apoyo de 31 de los 50 integrantes del concejo, Solís volvió a colocar en la agenda un tema políticamente complicado que no ha podido ser resuelto durante meses de discusiones.
Se necesitan solamente 26 votos para aprobar la ordenanza, y Solís está seguro que esta vez conseguirá responder a los reclamos vecinales que se remontan a 2004.
La ordenanza apunta a las plantas generadoras de energía Fisk y Crawford, propiedad de Midwest Generation y ubicadas en las inmediaciones de los barrios latinos La Villita y Pilsen, en el suroeste de Chicago.
Esas plantas, según el concejal y más de 60 grupos ambientalistas que reclaman energía limpia, son las últimas de la región que funcionan con carbón y emiten altos niveles de contaminantes que causan serios problemas de salud en las áreas circundantes.
Según investigadores de la organización Grupo de Tareas para un Aire Limpio, la contaminación de Fisk y Crawford sería responsable de 42 muertes prematuras, 66 ataques cardíacos y 720 crisis asmáticas todos los años.
Otro grupo, denominado Concejo Nacional de Investigación, afirmó que en el último año estas plantas arrojaron al aire de Chicago más de 10.000 toneladas de dióxido sulfúrico, 2.500 toneladas de óxido de nitrógeno y 4,6 millones de toneladas de dióxido de carbono.
En materia de atención sanitaria, el costo sería de 120 millones de dólares anuales.
Por otra parte, entre octubre de 2010 y enero de 2011, en medidores colocados en los techos de las escuelas latinas Pérez y Juárez, se registraron niveles de contaminación preocupantes.
La cantidad de plomo detectada en la escuela primaria Pérez fue de 0,24 microgramos por metro cúbico de aire, superior al límite federal de 0.03 microgramos por metro cúbico de aire, mientras que en la secundaria Juárez se registraron 0.07 microgramos de plomo por metro cúbico.
"Mis electores me pidieron esta ordenanza y estoy dedicado a luchar por la salud y seguridad de nuestras comunidades", dijo Solís, cuya reelección en abril se vio amenazada por no atender el problema.
La ordenanza obligaría a las plantas a dejar de quemar carbón para generar energía, utilizar gas natural o dejar de funcionar.
Se establece que si una instalación tiene un promedio trimestral de emisiones que supera los límites federales y estatales, será multada con hasta 10.000 dólares y deberá "suspender sus operaciones hasta que se instalen controles de contaminación para cumplir con los estándares".
La reacción de Midwest fue inmediata, y en un comunicado dijo hoy que la ordenanza no era necesaria porque ya rigen nuevas normas que regulan la calidad del aire en Illinois y la implementación de reducciones en las emisiones de las plantas.
Según la empresa, las plantas "ya están reguladas rigurosamente" por el gobierno federal y las agencias del medio ambiente.
"El impacto real será poner en riesgo cientos de empleos, la estabilidad del sistema de energía eléctrica y un aumento en el precio que pagan los consumidores por la energía", afirma.
Midwest señala que no hay tecnología disponible para reducir los gases en plantas de carbón, por lo que deberían transformarse en plantas a gas natural o cerrar.
En opinión de Solís, "no hay riesgos de que la empresa quiebre, solamente va a tener que esforzarse más".