Denver, 29 jul (EFE).- Autoridades de Utah destruyeron hoy casi 16.000 plantas de marihuana incautadas en dos plantaciones ilegales, aparentemente relacionadas con carteles mexicanos, en el segundo operativo de esta clase en las últimas dos semanas.
Los cultivos se detectaron hace diez días cuando un helicóptero de la Administración Anti-Drogas de Estados Unidos (DEA) sobrevoló un área cerca de la localidad de Summit, al sur del estado.
Según Mark Gower, alguacil del condado Iron, las plantaciones estaban a unos 800 metros una de la otra y probablemente fueron abandonadas varios días antes de la llegada el jueves de los 70 a 80 efectivos que participaron del operativo.
El alguacil estimó que las 15.692 plantas jóvenes incautadas tienen un valor en la calle de aproximadamente 15,7 millones de dólares.
Gower puntualizó que no se realizaron arrestos y que tampoco existen sospechosos, aunque afirmó que "las dos plantaciones eran parte de la misma operación y con mucha probabilidad están conectadas con los carteles mexicanos".
Según el alguacil, uno de los cultivos estaba en terrenos privados y el otro en tierras públicas, y se necesitaron decenas de voluntarios y seis horas de trabajo para remover las plantas.
El pasado 16 y 17 de julio se realizó un operativo en una zona montañosa en el área conocida como Cove Wash. En este operativo se incautaron y destruyeron 14.000 plantas de marihuana (listas para ser cosechadas) y 45 kilogramos de marihuana ya procesada, y se arrestó a 38 mexicanos sospechosos de estar a cargo de las plantaciones, desde donde se enviaba droga a Utah, Nevada y partes de California.
Gower dijo que las plantaciones ilegales de marihuana comenzaron a ser "un problema de verano" en la zona desde hace cinco años. En la actualidad, gracias a la colaboración entre agencias de seguridad locales y federales, se ha alcanzado "un buen nivel de eficiencia" para detectar y destruir esos cultivos.
En sus declaraciones, el alguacil afirmó que las plantaciones ilegales de marihuana son "un problema que afecta a todo el suroeste de Utah" y sostuvo que esos cultivos representan "una pesadilla para la seguridad pública".
