Se cumplen 24 años del atentado del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, que dejó un saldo de 2,996 fallecidos, 25,000 heridos y 24 desaparecidos. Este ataque terrorista ha sido uno de los más mortíferos de la historia, quedando en la memoria del mundo entero. Del mismo modo, este hecho influyó y marcó el rumbo de la seguridad fronteriza, así como algunas iniciativas binacionales.
De acuerdo con un artículo de CBP.gov, desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el enfoque de la Patrulla Fronteriza se ha centrado en la detección y disuasión de terroristas y armas terroristas. Asimismo, una de las actividades más importantes de un agente de la Patrulla Fronteriza es la vigilancia en línea, que incluye la detección, prevención y aprehensión de inmigrantes indocumentados, terroristas y traficantes de personas en la frontera.
El Departamento de Seguridad Nacional se creó tras el atentado
La Ley de Seguridad Nacional, una legislación estadounidense promulgada por el presidente George W. Bush el 25 de noviembre de 2002, estableció el Departamento de Seguridad Nacional como un nuevo órgano del Poder Ejecutivo. Su objetivo es implementar medidas destinadas a proteger la seguridad en Estados Unidos.
Cabe mencionar que CBP se creó en 2003 como parte del Departamento de Seguridad Nacional para subsanar las deficiencias en la gestión fronteriza que quedaron al descubierto tras los trágicos acontecimientos del 11 de septiembre y crear una agencia de mando única y unificada centrada en la seguridad de las fronteras de nuestro país.
En un comunicado de CBP en donde conmemoran el 20 aniversario del atentado a las torres gemelas, indican lo siguiente:
“CBP se une a la nación en el recuerdo del 11-S… Menos de dos años después de este ataque terrorista, se creó el Departamento de Seguridad Nacional. Los Estados Unidos reestructuraron varias agencias, entre ellas la creación del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos. La misión de la CBP es salvaguardar las fronteras de los Estados Unidos, protegiendo así al público de personas y materiales peligrosos”
Mexicanos también fueron víctimas del 11 de septiembre
Aunque los atentados del 11 de septiembre de 2001 tuvieron como epicentro a Estados Unidos, el impacto trascendió fronteras. Entre los casi 3,000 fallecidos, al menos 16 personas de origen mexicano perdieron la vida, según datos del gobierno mexicano y reportes consulares. De ellos, sólo cinco fueron oficialmente identificados mediante pruebas de ADN por las autoridades estadounidenses.
Entre los nombres confirmados se encuentran Antonio Meléndez, Antonio Javier Álvarez, Leobardo López Pascual, originario de Puebla; Juan Ortega Campos, de Morelos; y Martín Morales Zempoaltécatl, de Tlaxcala. Todos ellos trabajaban en distintos sectores en Nueva York, principalmente en servicios y construcción, como parte de la comunidad migrante que buscaba mejores oportunidades laborales.
El 11 de septiembre no solo transformó y dejó lecciones en temas de seguridad y cooperación, sino que hoy, dos décadas después el objetivo sigue siendo el mismo: prevenir tragedias y proteger la vida humana.
