Denver, 22 ago (EFE).- Un experto en criminología propuso cambios en la supervisión de los tiroteos policiales en Denver, debido a que durante la última década se produjeron 34 enfrentamientos, que dejaron 15 muertos, incluyendo un adolescente afroamericano discapacitado y un anciano hispano paralítico y desarmado.
En un extenso documento enviado al actual jefe de policía, Gerry Whitman, y distribuido hoy a los medios, Joseph Sandoval, profesor de justicia criminal en el Colegio Estatal Metropolitano de Denver, indicó que el proceso de reforma policial implementado a partir del 2003 debe adaptarse a la nueva situación demográfica de la capital de Colorado.
Las modificaciones incluirían un nuevo procedimiento para contratar y supervisar al personal policial, incluyendo el jefe de seguridad y el jefe de policía, y un nuevo procedimiento para revisar los casos de tiroteos policiales y de denuncias de actitudes racistas por parte de los policías.
Sandoval eligió este momento para presentar su propuesta debido a que el nuevo alcalde de Denver, Michael Hancock, quien asumió su puesto el mes pasado, está en el proceso de reemplazar al jefe Whitman y de elegir un nuevo jefe de seguridad para la ciudad.
Según Sandoval, el alcalde debería primero nombrar al jefe de seguridad quien debería luego participar en la selección del sucesor de Whitman. El alcalde y el jefe de seguridad deberán decidir si el nuevo jefe policial surgirá de entre el personal policial de Denver o si provendrá de otra ciudad.
En la actualidad, el Departamento de Policía de Denver cuenta con poco más de 1.400 agentes, de los cuales un 20 por ciento son hispanos. Como comparación, el 32 por ciento de los 566.000 habitantes de Denver son latinos.
Sandoval también sugirió que la Junta Ciudadana de Supervisión Policial y el Monitor Independiente revisen los casos de tiroteos policiales que fueron cerrados para ver si esa decisión se tomó adecuadamente.
"El alcalde y el monitor también deberían revisar los casos de uso excesivo de fuerza policial aunque no haya resultado en serias heridas corporales, así como los casos de actitudes raciales y de descortesía policial debido a la raza o la etnicidad (del denunciante)", sostuvo el catedrático.
En definitiva, según Sandoval, el alcalde debe decidir en qué circunstancias un policía puede actuar de tal manera que su conducta genera denuncias, no solamente en los casos de uso de fuerza sino también en los casos de posible racismo.
"Tenemos que ser optimistas que las lecciones de los últimos ocho años no son solamente lecciones de historia sino experiencias que resultarán en cambios que tendrán un impacto importante durante los próximos cinco años", indicó Sandoval.
