Los Ángeles, 1 ago (EFE).- Una familia inmigrante denunció hoy en Los Ángeles abusos, intimidación y violencia física a manos de agentes federales durante un decomiso equivocado en busca de drogas que los ha llevado a las puertas de la deportación.
"Esta familia sufrió injustamente una agresión por parte de las autoridades y no tenía nada que ver con las drogas que se estaban buscando", aseguró a Efe la abogada de inmigración Jessica Domínguez quien representó a la familia en la conferencia de prensa de hoy.
El pasado 19 de julio mientras Carmen Bonilla cocinaba y en la residencia se encontraban otros siete miembros de la familia, incluidos cuatro menores, 40 agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) armados irrumpieron en la casa.
A pesar de los ruegos de Bonilla, de su nuera Josefina y de Leticia H., otra residente del hogar, los agentes los apuntaron con sus armas en las cabezas, los esposaron y les ordenaron tirarse al suelo boca abajo, relató Domínguez.
"Ellos se mudaron a la vivienda el 1 de julio y en su poder no se encontraron drogas ni nada irregular", agregó.
Sin embargo, ahora la familia enfrenta la deportación.
Durante el operativo estas personas -incluida una abuela, una bebé de dos años, dos niños y un joven estudiante de 17- sufrieron patadas, golpes, rasguños y sintieron un gran temor, según se enfatizó hoy.
Aterrorizados por los agentes que preguntaban dónde estaban las drogas, los adultos pidieron explicar que se habían mudado recientemente a la vivienda pero, según la denuncia, los oficiales no atendieron su ruegos.
"Este caso, aparte de ser muy doloroso para la familia, demuestra que el permiso que dio el director (del ICE, John) Morton de usar la discreción para aplicar las leyes de inmigración no se está cumpliendo", declaró a Efe Jorge-Mario Cabrera, gerente de Comunicaciones de la Coalición pro Derechos Humanos del Inmigrante en Los Ángeles (CHIRLA, en inglés).
"El director dice una cosa pero en la calle los agentes hacen lo que se les viene en gana y obviamente esto involucra hasta la violación de derechos humanos y civiles", recalcó el activista.
Cuando se preguntó hoy en la conferencia de prensa si las autoridades presentaron una orden de registro de la vivienda, Bonilla -con lágrimas en lo ojos- se apresuró a contestar que "sólo hasta el final la mostraron".
"Esto es inhumano y el terror que sufrimos no tiene comparación", agregó.
Por su parte, Bonilla mostró los moretones y rasguños en sus brazos por las acciones de las autoridades así como el maltrato en sus muñecas, causado por las esposas. También sufrió golpes en sus piernas a causa de la fuerza aplicada por los agentes.
Domínguez, explicó que no obstante que las autoridades "no encontraron drogas ni evidencia de crimen alguno", Bonilla y su familia están citados a comparecer el martes, "frente a oficiales del ICE que quieren deportarlos".
"Esta familia refleja el temor, ansiedad, y angustia que muchos en la comunidad están experimentando a causa de incidentes y situaciones como estas", señaló hoy la abogada.
"Esta mujer casi no duerme después de lo sucedido. Ahora ellos cuenta con una voz, pero me preocupan todos aquellos que no cuentan con alguien que les ayude", concluyó.