Con orgullo -e ingenuidad- presumió en Instagram una fotografía de la pitbull en condiciones de haber sido drogada, mostrando el diseño de un corazón flechado que incluía los nombres del dueño y su esposa. Ésta se viralizó rápidamente, despertando con ello las críticas de varios amantes y defensores de los animales a pesar de que el artista detalló haber pedido la autorización de un veterinario. Según aclaró, la perrita había pasado por una intervención quirúrgica para retirarle el bazo y aprovechando que se encontraba dopada procedió a realizar el tatuaje.
Una vocera de la Asociación Americana para la Prevención de Crueldad a los Animales declaró que esta organización desaprobaba rotundamente la acción ya que "tatuar animales por placer egoísta de entretener a su dueño,sin ninguna consideración al bienestar del mismo, es algo que la ASPCA, por sus siglas en inglés, no apoya. Los veterinarios suelen etiquetar a los perros con pequeños tatuajes después de una operación, pero un tatuaje por vanidad no es lo mismo."
El artista de tatuajes desactivó sus cuentas poco después de que este problema comenzara a agrandarse. Además, el dueño de la tienda donde trabaja se vio presionado a declarar que el diseño no había sido elaborado en su negocio, ya que él mismo, se considera un amante de los animales y no habría permitido que esto ocurriera.
Vía Excélsior Fuente: NY Post
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Elizabeth.rosales@sandiegored.com
