Washington, 12 sep (EFE).- El cantante nicaragüense y otrora inmigrante indocumentado, Luis Enrique, afirmó hoy ante congresistas que EE.UU. necesita el talento y energía de los latinos y que el Congreso tiene la obligación de aprobar la reforma migratoria.
"Necesitamos que se pueda aprobar esta ley", dijo el "príncipe de la salsa", que emigró a EE.UU. en 1978 a raíz de la guerra civil en su país, durante la conferencia anual del Instituto del Caucus Hispano del Congreso (CHCI, en inglés).
El artista, que se legalizó a través de la reforma promulgada por el presidente republicano Ronald Reagan en 1986, señaló que pasó años "tratando de sobrevivir" y de lograr metas, como cualquier otro indocumentado. Ahora, el Congreso debe dar a los latinos "las herramientas para desarrollarse", enfatizó.
Más adelante, en declaraciones a Efe, Luis Enrique señaló que "si la reforma se pudo con Reagan, ¿por qué no ahora?… ¿Dónde estaría este país sin los inmigrantes? (En algunos sectores) hay un concepto negativo de los latinos, cuando se ha demostrado todo lo contrario".
"Creo que muchos latinos estamos dando el ejemplo de que la inmigración puede ser algo positivo… en el 78 estábamos peor, porque era imposible lograr la regularización. La pregunta ahora es por qué no seguir intentándolo; creo que no va a suceder en 2012, pero se pueden ir dando pasos pequeños", como la aprobación del "Dream Act", resumió.
Luis Enrique compartió mesa con el senador Bob Menéndez y el legislador Luis Gutiérrez, ambos del Partido Demócrata; con Cecilia Muñoz, directora de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca, y con Eddie Aldrete, vicepresidente ejecutivo del IBC Bank, para urgir la aprobación del "Dream Act".
Esa medida, que permanece estancada en el Congreso desde su último fracaso en 2007, legalizaría a los estudiantes indocumentados que, entre otros requisitos, completen dos años de universidad o se inscriban en las Fuerzas Armadas.
Los llamados "dreamers" figuran implícitamente en la categoría de "baja prioridad" para la deportación, después de que la Administración Obama decidiera el mes pasado dar prioridad a la expulsión de los indocumentados que suponen un peligro para la seguridad nacional.
Muñoz afirmó que la Administración Obama sigue apoyando la reforma migratoria, pero ésta necesitará el apoyo de ambos partidos en el Congreso.
El "Dream Act" es un "imperativo económico" y encaja en la meta de la Administración de "regresar la economía a una base sólida… y eso no se puede lograr sobre un sistema de inmigración roto", observó.
"Toda reforma inmigratoria desde 1954, hasta donde yo he averiguado, ha sido bipartidista… no tenemos el apoyo que necesitamos", continuó la funcionaria, quien subrayó: "tenemos más recursos en la frontera que nunca".
Según un informe difundido hoy por la Oficina de Supervisión del Gobierno, EE.UU. gastó más de 1.350 millones de dólares durante dos despliegues de la Guardia Nacional en la frontera sur, la primera ordenada por George W. Bush entre 2006 y 2008, y la segunda, autorizada por Obama entre junio de 2010 y el mes en curso.
La semana pasada, Obama autorizó la permanencia de los 1.200 miembros de la Guardia Nacional en la zona hasta fines de año, para dar apoyo logístico y de vigilancia a los agentes de la Patrulla Fronteriza.
Por su parte, Gutiérrez afirmó que en el Congreso "hay muchos enemigos de la reforma" y, si antes criticaba la presunta inacción de la Casa Blanca en torno al asunto, hoy nuevamente prometió "trabajar duro" por la reelección de Obama en 2012.
"Vamos a ganar esta lucha (por la reforma) cuando dejemos en claro que habrá consecuencias" si no se logra, dijo.
Menéndez lamentó que, en el actual ambiente polarizado en el Congreso, un solo senador pueda torpedear una medida a menos que se reúnan 60 votos -en vez de una mayoría simple de 51- para someter a votación cualquier proyecto de ley.
La conferencia anual del CHCI, entre hoy y el próximo miércoles, reúne en el Centro de Convenciones de Washington a líderes políticos, empresariales y cívicos para analizar los asuntos más acuciantes de la comunidad hispana.
En un panel sobre política comercial, el representante de Comercio Exterior de EE.UU., Ron Kirk, dijo que la inmigración debe entenderse como una "fortaleza" y no una "desventaja" para el país.
"Estados Unidos no va a competir con éxito contra India y China sin el talento intelectual de todos los que puedan hacer una contribución a este país… necesitamos aprobar el Dream Act" para lograrlo, afirmó Kirk.