San Diego, 14 sep (EFE).- Si los estadounidenses gastaran 15 dólares más al año en frutas y verduras, el nivel de vida de los trabajadores del campo, en su mayoría hispanos, se elevaría por encima del nivel federal de pobreza, de acuerdo con un investigador de la Universidad de California en Davis.
Según Philip Martin, economista laboral de Extensión Cooperativa en UC Davis, los estadounidenses gastan relativamente poco en alimentos, y una cantidad relativamente baja de este gasto está representada por la mano de obra de los trabajadores agrícolas.
Martin, autor del libro "¿Importando la Pobreza? Inmigración y el Rostro Cambiante de la América Rural" (2009), dijo en entrevista con Efe que el presupuesto total para alimentos para un hogar promedio fue de 6.400 dólares al año.
Citando al Sondeo sobre Gastos del Consumidor de la Oficina de Estadísticas Laborales, el especialista afirmó que de esta cantidad, cerca de 60 por ciento representa el gasto en alimentos para preparar en casa, de los cuales lo más caro fue carne de res y aves, con 841 dólares, en tanto que solo se gastaron 220 dólares para frutas y 209 para verduras frescas.
Mientras, indicó el académico, se gasta un promedio de 435 dólares en bebidas alcohólicas por hogar.
Los agricultores y trabajadores del campo reciben una porción aún más pequeña del precio de venta en la tienda, dijo Martin.
"El gasto del consumidor en frutas y verduras frescas significó un ingreso de 118 dólares para el agricultor. Los costos de mano de obra agrícola son usualmente menos de una tercera parte de los ingresos de una granja en frutas y verduras frescas, por lo que un hogar promedio gasta 38 dólares al año en salarios de trabajadores agrícolas", dijo el especialista.
Esto significa que por cada dólar pagado en frutas los consumidores destinan 30 centavos al agricultor y 10 centavos al trabajador agrícola, en tanto que en verduras es 15 centavos para el agricultor y 8 para el trabajador agrícola por cada dólar.
Martin destacó que cerca de la mitad de los trabajadores empleados en las cosechas en EE.UU. carecen de estatus legal, lo que explica en parte el bajo costo que se paga por su trabajo invertido en estos productos.
Los bajos sueldos, el esfuerzo físico y la temporalidad del trabajo hace que pocos ciudadanos estadounidenses lo desempeñen, por lo que normalmente se reservan para personas con bajo conocimiento de inglés, reducida educación o falta de otras oportunidades laborales.
El académico citó información de las Encuestas Nacionales de Trabajadores Agrícolas que indicaron que entre 2005 y 2007 el 72 por ciento de los trabajadores agrícolas procedían de México, y de ellos el 52 por ciento carecían de permisos migratorios.
Según el investigador, debido al bajo costo representado por la mano de obra en el costo de alimentos, destinar un 40 por ciento más a este rubro tendría un impacto bajo en el costo final del producto al consumidor, pero beneficiaría notablemente a estos trabajadores.
El académico citó la situación ocurrida en 1966, cuando el Sindicato de Campesinos en California (UFW) consiguió un incremento del 40 por ciento para algunos de los recolectores de uva.
"Para el hogar típico, un incremento del 40 por ciento en costo por mano de obra agrícola se traduce a un incremento del 3,6 por ciento en precios al menudeo. Si los sueldos agrícolas se incrementan en un 40 por ciento, y este incremento se pasa a los consumidores, el gasto anual promedio por frutas y verduras frescas se incrementaría a alrededor de 15 dólares al año, el costo de dos entradas al cine", señaló el académico.
Para un campesino, dijo Martin, este incremento, en el caso de que sus ingresos fueran de 10.000 dólares por 1.000 horas de trabajo, representaría un salario anual de 14.000 dólares, lo que se compara con el nivel federal de la pobreza, que es de 14.602 dólares para una familia de dos personas, de acuerdo con la Oficina del Censo.
