Antar Davidson se desempeñaba como trabajador social en un refugio de Arizona llamado 'Estrella del Norte'. Tras la política de "cero tolerancia" orquestada por Trump, renunció a su puesto y ha revelado lo que atestiguó estando dentro de las instalaciones.

Davidson admite que las necesidades físicas (como comida) de los refugiados se encuentran cubiertas pero las limitaciones psicológicas, emocionales y educaciones es lo más preocupante.
"Diles que no se pueden abrazar" le dijeron al ex empleado que le comunicara a un grupo de tres niños brasileños a quienes les habían dicho que sus padres estaban perdidos. El trabajador social como descendiente de familiares brasileños, sabía hablar portugués pero pensó que eso no era saludable.
Describió al establecimiento como carente de personal y poco equipado para tratar con niños que sufren algún trauma. Davidson dijo que los niños huían, gritaban, arrojaban muebles e intentaban suicidarse auto infligiéndose heridas.
Una portavoz de Southwest Key, la organización sin fines de lucro con sede en Austin que opera el refugio, impugnó esas acusaciones el miércoles y dijo que el refugio cumple con los requisitos de licencia del estado, incluidos los índices de personal y capacitación.
Con información de: Los Angeles Times