ESTADOS UNIDOS.- El presidente Barack Obama dijo hoy que no se disculpará por haber canjeado a cinco talibanes presos en Guantánamo por el sargento estadounidense Bowe Bergdahl, pese a las crecientes críticas en el Congreso de su país respecto al acuerdo.
"No me disculparé en absoluto por asegurarme de que traíamos a un joven de vuelta con sus padres y (sé) que el pueblo estadounidense entiende que este es el hijo de alguien y que no hay que poner condiciones respecto a si intentamos recuperarlo o no", dijo Obama en su comparecencia al término de la cumbre del G7 (Grupo de los Siete) celebrada jueves y viernes en Bruselas.
"Nunca me sorprenden las controversias que se fabrican en Washington, y esto era de esperar", aseguró Obama.
Numerosos miembros del Congreso han expresado en los últimos días su malestar por que el Gobierno no les informara sobre el canje al menos treinta días antes de la operación, como exige la ley.
El Gobierno de Obama ha explicado que actuó sin consultar al Congreso ante los "informes creíbles del riesgo de daño grave" para el sargento, cautivo en Afganistán desde junio de 2009.
"Habíamos indicado al Congreso la posibilidad de que ocurriera algo como esto. Pero debido a la naturaleza de la gente con la que estábamos lidiando (los talibanes) y la naturaleza frágil de estas negociaciones, sentimos que era importante actuar, y lo hicimos", señaló Obama.
"Y ahora estamos explicando al Congreso los detalles de cómo actuamos", agregó el presidente, en referencia a la reunión que mantuvieron el miércoles funcionarios de la Casa Blanca con los senadores del país para explicarles los detalles de la polémica liberación de Bergdahl.
Al término de la reunión, varios legisladores aseguraron que la información del Gobierno les había dejado "más preguntas que respuestas", en palabras del senador demócrata de West Virginia Joe Manchin.
Además, el senador republicano John McCain pidió esta semana que el Gobierno aclare qué tipo de vigilancia tendrán los cinco presos afganos trasladados a Catar, que ha accedido a acogerlos durante al menos un año con libertad de movimiento pero bajo supervisión.
Cabe destacar que –como lo aclara Salon.com– pese a la retórica de algunos, los cinco prisioneros de Taliban no eran realmente "lo peor de lo peor" y tampoco tenían porqué seguir estando en Guantánamo. Igual que la mayoría de los detenidos, ninguno ha sido oficialmente culpado de algún crimen.
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