
"Nuestro país es un líder global cuando se trata de tomar medidas serias para combatir el cambio climático y francamente el aprobar este proyecto hubiera socavado ese liderazgo" comunicó Obama. Este eje ambientalista también lo comparte el nuevo primer ministro de Canadá, Justin Trudeau (con quien discutió el tema personalmente).
Esta postura en contra se fundamenta en el argumento de que este método de transportación conllevaría emisiones mucho mayores de dióxido de carbono, así como el hecho de que tarde o temprano debemos reducir nuestra dependencia a los combustibles fósiles (ya que el aumento de temperatura global está correlacionado con la cantidad de estos recursos que extraemos de la Tierra).

"El rechazo políticamente motivado del oleoducto Keystone XL por parte de la administración de Obama es un ataque autoinfligido en la economía y trabajos estadounidenses" tuiteó el precandidato republicano Jeb Bush al respecto. "Si un presidente quiere pasar el resto de su periodo sirviendo intereses particulares, es su decisión. Pero simplemente está mal." comentó el Presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan.
Las posiciones a favor giraban alrededor del supuesto impulso económico que generaría esta nueva infraestructura, facilitando el flujo de crudo desde el país vecino (alrededor del 36% del petróleo importado en Estados Unidos proviene de Canadá). "Todo el tumulto opacaba el hecho de que el oleoducto no sería la bala plateada para la economía de los Estados Unidos como muchos proclamaban, ni la sentencia de muerte para el clima como proclamaban otros" concluyó Obama en sus declaraciones esta mañana.
Con información de Vox y CNN
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