Atlanta, 26 ago (EFE).- Una veintena de pacientes de diálisis, muchos de ellos inmigrantes hispanos, enfrentan la incertidumbre de quedarse sin tratamiento a partir de la próxima semana, cuando vence el contrato que el Hospital Grady de Atlanta había firmado con una clínica privada para atenderlos.
Al menos 23 pacientes han recibido hasta ahora cartas de la clínica Fresenius Medical Care, en la que les explican que tras el vencimiento del contrato que tenían con el hospital, este 31 de agosto, deberán acudir a Grady para recibir su tratamiento.
"Todos los pacientes están preocupados por lo que pasará ahora porque además de que Grady no les ha informado oficialmente que los recibirá de nuevo, muchos están nerviosos de volver a un lugar al que sienten no los quieren atender", señaló a Efe Dorothy Leone-Glasser, directora de la organización "The Grady Advocates for Responsible Care" que representa a los pacientes.
Los pacientes han recibido diálisis en Fresenius desde que Grady cerrara su clínica para tratar a pacientes con problemas renales de escasos recursos o sin seguro médico en 2009 por falta de fondos.
De no llegar a un acuerdo entre ambas partes, los pacientes deberán acudir a la sala de emergencias de Grady para poder recibir el tratamiento, situación que según Leone-Glasser los pone en mayor riesgo de sufrir complicaciones graves.
"Esta situación genera gran preocupación en los pacientes, esa incertidumbre de no saber qué pasará o adónde irán para recibir diálisis es muy desgastante", indicó la activista.
Desde el cierre de la clínica de Grady, los pacientes han luchado en corte para que no se les suspenda el tratamiento, lo que llevó al Hospital Grady a establecer un acuerdo con el proveedor privado.
Efe se comunicó con la oficina de prensa del Hospital Grady para obtener una reacción acerca de la situación que enfrentan los pacientes, pero una representante del centro médico señaló que el portavoz, Matt Cove, no estaba disponible para hablar del caso.