Washington, 10 ago (EFE).- Los hogares más ricos de EE.UU. se beneficiaron de manera desproporcionada de los recortes tributarios de la era de George W. Bush y podrían pagar más impuestos para reducir la deuda nacional, según un informe divulgado hoy.
El informe del Instituto de Política Económica (EPI, en inglés) señaló que el 1 por ciento de los hogares de Estados Unidos, aquellos con más ingresos, "se beneficiaron desproporcionadamente de los recortes tributarios de la era de Bush, con un 38 por ciento del beneficio total" de esa medida.
Entre 1979 y 2007, el ingreso neto nacional de ese 1 por ciento más adinerado aumentó del 7,5 por ciento al 17,1 por ciento, dijo el informe, que se apoya en datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso.
En cambio, en ese mismo período, el 20 por ciento de la población que se sitúa en la zona media de la horquilla de ingresos sólo recibió el 11 por ciento de los beneficios generados por esos recortes de impuestos, según el documento.
El informe indicó que la clase media ha registrado una bajada desde el 16,5 por ciento al 14,1 por ciento en su cuota del ingreso nacional total.
"En vez de contrarrestar la creciente desigualdad de ingresos, las recientes políticos impositivas en realidad han exacerbado esta tendencia", advirtió el informe del EPI, un centro independiente dedicado al análisis de tendencias económicas en el país.
Estados Unidos "tiene los recursos para apoyar inversiones públicas y programas de seguridad económica, que ahora están en peligro de sufrir recortes en las negociaciones presupuestarias en curso", aseguró.
Un mejor ajuste de la política presupuestaria permitiría que los hogares con los ingresos más altos contribuyan más en impuestos, "porque el total de sus obligaciones tributarias ha bajado y sus ingresos netos han aumentado en los últimos 30 años", recetó el EPI.
El informe se produce en unos momentos de gran acritud en Washington sobre el futuro de la política fiscal de EE.UU., especialmente tras la degradación de la deuda soberana por parte de la agencia calificadora de riesgo Standard & Poor's.
El plan promulgado por el presidente Barack Obama para reducir la deuda incluye una fase inicial de recortes de 900.000 millones de dólares en el gasto público, seguida por una segunda fase entre los 1,2 y los 1,5 billones de dólares en la próxima década.
Un "super comité" conjunto del Congreso, integrado por doce legisladores, debe presentar sus recomendaciones sobre los recortes el próximo 23 de noviembre, para que el plan sea votado antes de fin de año.
En general, los demócratas se oponen a recortes drásticos en el gasto público y favorecen un alza en los impuestos para los más ricos y para las empresas.
Los republicanos, por su parte, exigen más recortes fiscales y argumentan que una subida de impuestos perjudicará a las empresas que generan empleos en el país.
