Chicago, 9 sep (EFE).- La iniciativa de las Escuelas Públicas de Chicago (CPS) de aumentar la carga horaria y el año lectivo consiguió hoy el apoyo del secretario de Educación, Arne Duncan, y de una cuarta escuela cuyos maestros rompieron con el sindicato y aprobaron el cambio.
"Chicago tiene el día escolar más corto de la nación, lo que es una deshonra", dijo Duncan antes de participar por la mañana en un panel sobre reforma educativa en una secundaria del noroeste de la ciudad.
Duncan, que antes de asumir su actual cargo en Washington fue director ejecutivo de CPS entre 2001 y 2008, dijo que "uno de mis mayores pesares" fue el no haber podido lograr apoyo necesario para extender el día y el año escolar.
Según el secretario, Chicago ha permanecido durante mucho tiempo "en el fondo del barril" en materia educativa y ahora tiene la oportunidad de progresar.
Duncan estuvo acompañado por el alcalde Rahm Emanuel, quien ha estado presionando al Sindicato de Maestros de Chicago (CTU) para que acepte un aumento salarial del 2 por ciento por 40 minutos diarios extras de trabajo.
Ello permitiría instalar un nuevo sistema donde los maestros comenzarán su día a las 7:50 de la mañana y los alumnos a las 8, para finalizar a las 3:30 de la tarde.
Además de 90 minutos extras de clase los alumnos tendrán almuerzo y un recreo de 15 minutos de duración.
CPS tiene 405.000 alumnos en 675 escuelas primarias y secundarias, de los cuales un 40 por ciento es de origen latino.
La respuesta inicial del sindicato fue negativa, ante lo cual CPS hizo un llamado a las escuelas que quisieran ser "pioneras", ofreciéndoles un incentivo de 150.000 dólares, 1.250 dólares extras a cada maestro en sus salarios.
Para ello el nuevo horario tendría que comenzar este año, mientras que las escuelas que se sumen en enero de 2012 recibirán 75.000 dólares de incentivo y sus maestros 800.
La primaria Benjamin E. Mays, del barrio afroamericano Englewood en el sur de la ciudad, fue la cuarta en sumarse al cambio en menos de una semana, con el 81 por ciento del voto de sus maestros.
La votación fue calificada por el CTU como un acto de "coerción y soborno" en una queja formal presentada a la oficina de relaciones laborales de CPS.
El vicepresidente Jesse Sharkey dijo que se trataba de un "acto intencional para dividir el sindicato y minar la autoridad legítima de CTU de negociar colectivamente en representación de sus miembros".
Según CPS, el dinero extra permitirá que las escuelas adquieran tecnología y programas, además de contratar docentes extras para clases de música, arte, horas en la biblioteca o educación física.
Los maestros luchan contra una opinión pública favorable a la extensión del horario escolar, a la que se sumó hoy una resolución del Concejo Municipal que exhorta a realizar el cambio a la brevedad.
Emanuel pidió a los 50 concejales que se sumen a la tarea de convencer a maestros y directores y "quemen las líneas telefónicas" en una campaña de cabildeo.
La nueva jornada permitiría dedicar más tiempo a la lectura, escritura, matemáticas, ciencias y estudios sociales, asignaturas básicas en las que los alumnos del sistema público de Chicago registran los mayores problemas de rendimiento.
Según los argumentos manejados por CPS, más de 150.000 estudiantes asisten actualmente a escuelas con bajo rendimiento, y solamente 57 por ciento del alumnado se gradúa de la secundaria.
Chicago figura además al final de la cola en comparación con otros distritos escolares de Illinois en la preparación de sus alumnos para la universidad o carreras vocacionales.