En la conferencia de prensa del 23 de abril, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, manifestó que sería una buena idea buscar la forma de poder inyectar productos químicos como desinfectantes en el cuerpo humano para poder evitar el contagio del coronavirus.
Un día después de estas declaraciones, el Centro de para el Control de Envenenamientos de Nueva York recibió 23 llamadas de casos de personas que habían ingerido algún tipo de limpiador químico en sus hogares.
De acuerdo a datos emitidos por esta entidad, en el 2019 solamente se habían recibido 28 llamadas en total, al día de hoy ya se registran casi 100 llamadas en la “Gran Manzana”, y en todo el país se han reportado alrededor de 300.
Algunos gobernadores han pedido a las autoridades sanitarias que ayuden a difundir que este tipo de información no es real, además de pedir mayor control a la Casa Blanca sobre las declaraciones que realiza el presidente.
Alcaldes de ciudades como Maryland, Connecticut y Atlanta decidieron anunciar que el consumo de estos productos no tiene ningún beneficio o método preventivo, pues es altamente dañino para el cuerpo humano.
Compañías fabricantes también decidieron lanzar comunicados en donde especificaban todos los riesgos y peligros que representaba ingerir ciertos ingredientes químicos.
Este pasado 27 de abril, nuevamente Trump apareció en conferencia de prensa y cuando fue cuestionado si se hacía responsable de las consecuencias que provocó sus comentarios, mencionó que no, ya que desconocía la razón por lo cual las cifras eran tan altas.
Con información obtenida de Infobae