La romántica usanza marcaba que dejar un candado con el nombre de ambos (en una relación) ayudaria a fortalecer el amor de pareja, además de inmortalizar el noviazgo, sin embargo, el peso de todos los candados comenzó a vencer su barandal, implicando un riesgo no sólo para la fachada, sino de seguridad para millones de turistas que visitan este icónico puente todos los años.
La construcción donde colocan estos candados data del año 1804, y su valor histórico es incalculable. Desafortunadamente, el patrimonio francés ha comenzado a peligrar con cada derrumbe que se reporta a causa del peso de los candados y por ello, han ordenado que se retiren de forma definitiva.
Las parejas ya no podrán colgar más candados una vez que el puente quede limpio, pero se informa que el gobierno capitalino buscará nuevas formas de simbolizar el amor eterno para aquellos interesados en hacerlo.
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Elizabeth.rosales@sandiegored.com
