Bahrein y Sudán han seguido fielmente a Arabia Saudí y han hecho oficial su rompimiento de relaciones diplomáticas con Irán.
Sin embargo, tal como pinta la situación, no se trata de asuntos diplomáticos sino geoestratégicos a la expera de una próxima guerra, resultado de la creciente tensión entre las potencias árabes.
En pocas palabras, ambos países han elegido su bando bajo la premisa de: Tu enemigo es mi enemigo. Por ejemplo, Bahrein sobrevive gracias a la ayuda financiera de Arabia Saudí, mientras que Sudán es cada vez más dependiente de Riad.
La noticia llega luego de que Arabia Saudí ejecutara a 47 personas esté sábado, entre los que se encuentra el clérigo chiíta disidente Nimr al-Nimr, quien había declarado en varias ocasiones en contra del gobierno y la familia real saudita.
Irán tachó los actos de imprudentes e irresponsables mediante un comunicado, y advirtió que Arabia Saudí pagaría caro sus acciones.
Esto es una continuación de las históricas diferencias entre Irán y Arabia Saudí, las cuales comenzaron en la década de los ochenta, cuando Arabia decidió apoyar a Sadam Hussein en la guerra entre iraníes e irakíes.
Vía: CNN, El País
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