
El enólogo de Barón Balch'é, Jesús Rivera y la sommelier de Baja Terra, Claudia Horta, presentaron 3 vinos excelentes, el Balch'é Dos (Sauvignon Blanc), el Balch'é Reserva Especial (60 % Cabernet Franc, 30% Merlot 5% Syrah y 5% Cabernet sauvignon) y el Balch'é Spiral (Sauvignon Blanc). Dentro de la cata se explicó a detalle el proceso de elaboración de cada uno de ellos de la misma forma que lo hicieran si estuvieran visitando el viñedo directamente en el Valle de Guadalupe, algo que se agradece. Otro detalle más es que Jesús Rivera lo mantuvo simple y sencillo para que todos pudieramos entender de qué se estaba hablando.

Dentro de la plática surgieron temas interesantes como la sequía que ha azotado a la región durante este 2013 y 2014 y las repercusiones que ésta puede tener en la producción vinícola del Valle, sin mencionar que podría impactar de gran manera económica al afectar las "Fiestas de la Vendimia", pero también mencionó algunas de las soluciones alternativas que se están implementando para rescatar las cosechas.

El primer vino catado fue el Balch'é Spiral 2009, un Sauvignon Blanc de un dorado muy claro y translúcido. En nariz, aromas cítricos y dulces como piña , azúcar, miel (la cual comentó Rivera es de una reserva especial en el Valle de Guadalupe). En boca confirma los aromas pero junto con una buena carga de acidez y un toque mineral que brinca en algunos momentos. Un muy buen vino para iniciar la noche.

Continuamos con el Balch'é Reserva Especial, un vino de color rubí obscuro. En nariz es un vino complejo que otorga diferentes tono aromáticos, entre los cuales se perciben aromas de frutas rojas maduras que recuerdan la ciruela, algunas ricas notas de higo y diversas notas a hierbas finas como el romero y balsámicos, como la menta y el eucalipto. Las notas a nuez y café tostado son evidencias de una clara maduración en barricas de roble. En boca, es un vino de ataque agradable, al inicio se percibe seco pero luego llega la acidez para impulsar esos aromas a frutas maduras y el recuerdo a café tostado con una presente tanicidad. De cuerpo medio, tiene un final largo que recuerda el caramelo tostado. Definitivamente el aroma de este vino será algo que tendré en mente durante las siguientes semanas.

Finalizamos la cata con el vino que se llevó la noche. De color púrpura muy obscuro pero brillante. Muy potente y expresivo en nariz, con aromas de frutas negras, clavo, tabaco, algunas flores silvestres y especias junto con algo de alcohol. El vino va abriendo y expresando cada vez más notas aromáticas. Tiene un fondo como a madera con un toque mentolado muy sutil. Al probarlo encontramos ciruela pasa y tabaco; se sienten los taninos y una nota a madera ahumada que prevalece. En resumen, es un vino que promete muchísimo y que nos gustaría guardar por unos 3 o 5 años y de hecho podríamos hacerlo, ya que como nos explicó Jesús Rivera, es un vino sin filtrar y gracias a su proceso de elaboración se puede conservar para una ocasión muy especial.

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