
Y aunque no tengo el placer de conocerlo aún, aquí les dejo 5 puntos para todo autoproclamado foodie que se respeta:
1. El término foodie fue acuñado en 1984 por Paul Levy, Anna Barr y Mat Sloan en su libro The Official Foodie Handbook.
2. Foodie que se respeta no comparte fotos malas, es cuidadoso tratando de encontrar el mejor ángulo de la vianda o bebida en cuestión… un foodie que se respeta hará lucir una simple quesadilla como si fuera un placer de los dioses (¡en efecto las quesadillas son placer de los dioses!).

3. Foodie que se respeta no es piojo. No hay foodie piojo, él sabe el valor del servicio y lo agradece dejando siempre propina, no entra jamás en la polémica de si la propina es justa o no, sabe que es un convencionalismo social establecido.
4.Foodie que se respeta da segundas oportunidades. El foodie sabe que hay veces que la experiencia puede no ser buena, sin embargo, antes de soltarse como hilo de media en las redes sociales hablando pestes de "X lugar", lo visitará de nuevo tratando de ver si su visita anterior fue un mal día o si en realidad el lugar en cuestión merece el desprestigio cibernético.

5.Foodie que se respeta carga cepillo de dientes porque sabe que en cualquier momento puede sucumbir ante un antojo que le deje una dentadira desprolija y un aliento cebollero.
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*Estos puntos aparecieron en la revista Avenida Tijuana del mes de septiembre.
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jorge.guevara@sandiegored.com