El Chef Miguel Ángel Guerrero ha sido pionero de la gastronomía Baja Med desde hace 11 años.
Quizá hayas escuchado de sus otros dos restaurantes El Taller y Almazara. Somos realmente afortunados de tener acceso a una gran variedad de ingredientes frescos en Baja California.
Las paredes interiores de La Querencia están cubiertas con fotografías de sus propias experiencias de caza y pesca. También notarás los animales y aves disecados que se encuentran en ciertas áreas del restaurante. Es otra manera de recordarnos el verdadero origen de la comida. Los menús se exhiben en pizarrones de gis a ambos lados del restaurante que, honestamente, me hizo agua la boca desde que me senté.
El Chef Miguel Ángel no sólo cultiva las verduras y hortalizas en su propio jardín privado sino que también caza y pesca los ingredientes para sus platillos. Hay mucha pasión detrás de sus platos y yo estaba lista para embarcarme en esta aventura culinaria. Es increíble lo diferente que saben los productos cultivados y traídos de la región. El Chef Miguel Ángel nos llevó a un viaje a través de su mundo de la gastronomía Baja Med y yo, con el estómago vacío, estaba lista para subir a bordo.
El primer sabor en sacudir mi paladar fue un shot de almeja Chocolata. En cuanto el fresco y carnoso molusco toca tu lengua, tu boca se llena de los dulces sabores del océano salado. Ésta es una de las muchas razones por las que me enamoré de Baja California. La frescura de los mariscos y sus sabores naturales son irreales. El vaso tequilero también tenía algo de salsa Sriracha y un toque de vodka. Lo picante se hizo notar pero no abrumó a la almeja en lo más mínimo.
Los siguientes dos platillos presentados fueron dos diferentes carpaccios de vegetales.
Ambos se prepararon con productos frescos y orgánicos directamente del jardín del chef. Siento que la mayoría de las personas tienen una relación de amor/odio con los betabeles. Personalmente los amo en todo su esplendor.
El carpaccio de betabel tenía queso azul y queso de cabra encima y después estaba rociado con aceite de menta y estragón. El sabor terroso del betabel unido a los dos quesos era simplemente celestial. El segundo carpaccio consistía en calabacines verde y amarillo rebanados con la finura de un papel. Fue difícil elegir favoritos en esta comida pero debo decir que éste fue el que salió ganando. Jugo fresco de lima, aceite de chile, cilantro, pepitas y una espolvoreada de queso Parmesano le dieron a este platillo una explosión de sabores. Ambos platos estaban llenos de limpios sabores.
Siguiéndolos venían dos tipos diferentes de ostras a la parrilla. Si sólo has probado las ostras frescas recomiendo altamente que des el salto al mundo de las ostras asadas. Tienen el toque justo de ahumado pero aún puedes probar su esencia natural marina.
