TIJUANA.- "Unos treinta", dijo sin inmutarse José Manuel Alarcón Jacobo, cuando un reportero le cuestionó cuántas personas había asesinado.
Aunque oficialmente la fiscalía estatal informó que tiene registrado 11 averiguaciones previas por homicidios, con 22 muertos.
Entre sus víctimas, indicaron las autoridades, están oficiales de la policía ministerial y municipal y el secretario de acuerdos de la fiscalía estatal, José Luis Vázquez Cervantes, quien fue acribillado el 1 de diciembre de 2009 en la colonia El Mirador.
El presunto sicario fue detenido el miércoles 6 de julio en el fraccionamiento El Dorado, al este de la ciudad, informó la fiscalía estatal.
Alarcón, de 36 años, fue presentado a los medios de comunicación en las oficinas en Tijuana de la Procuraduría General de Justicia del Estado la tarde del jueves.
El sicario apodado "El Ceviche", "El George", "El Canti" y "El Yoto" estaba identificado por las autoridades como uno de los brazos armados que formaban parte de una célula del crimen organizado que lideraba Teodoro García Simental, "El Teo", el jefe operativo del cártel de Sinaloa en Baja California que fue arrestado en enero del año pasado.
Según la fiscalía estatal, Alarcón trabajó desde el 2009 bajo las órdenes de Ernesto Salomón Saucedo, "El Nemo", uno de los sicarios de la célula de "El Teo"; pero cuando éste fue asesinado en agosto de ese año quedó a las órdenes del hermano de "El Nemo", Paul Salomon Saucedo, hasta enero de 2010.
Las autoridades tienen registrado que después de esa fecha Alarcón recibía órdenes de un hombre apodado "Nacho", quien a su vez rinde cuentas a un hombre conocido como "El Tigre", los nuevos hombres que quedaron tras la sangrienta guerra intestina que llevaron a cabo de 2008 a 2010 los cárteles Arellano Félix y el de Sinaloa por la plaza de Tijuana, que ha derivado en un nuevo orden en el trasiego y venta de droga, hoy vistos como decenas de grupos que intentan operar de forma independiente ante antiguos lugartenientes y sicarios que trabajaron para los cárteles y que pretenden tener el control del flujo de estupefacientes.
La función que Alarcón hacía para ellos era matar o "levantar" a personas que trabajaban para la célula de Fernando Sánchez Arellano, "El Ingeniero", o bien a los llamados "chapulines", que son narcomenudistas que no pagaban cuotas a ellos conocidas como "derecho de piso", aseguró la fiscalía.
Alarcón tenía una célula criminal que estaba conformada por Luis Machado Reyes, "El Boyler"; Jesús Rey Vega Torres, "El Saya", y los apodados "El Sargento", "El Pelón", "El Cebollín", "El More" y "El Guacho", éste último muerto. Tres de este grupo (El Sargento, El Cebollín y El More) aún están prófugos.
